30/6/10

Encontrar la manera de escribir para no ser escritor. Juro que se puede.

27/6/10

[Espacio de meditación para la pausa del día]

24/6/10

SI NO FUERA DIÓGENES NO SERÍA ROZITCHNER




Herr Sloterdijk recolecta, o bien inventa, una tradición, no explicitada como tal y ergo encubierta por los operadores académicos que ejecutan cierto monopolio de la crítica, un tipo de crítica teorética. Tal tradición invisibilizada es, según la llama, la satírica, que al contrario asume el riesgo de la lucha cuerpo a cuerpo y del ejercicio del argumentum ad persona. A aquel criticismo del filosofema obligatorio que se aprende en las academias lo describe como un “aburguesamiento de la sátira” de saco y corbata cuyo reino confortable es “la crítica de la ideología”. La ideología forma el tetraedro de la falsa conciencia (no más comillas): con la mentira el error y finalmente el cinismo. Estos pequeño-burgueses de la denuncia asalariada cambian la risa por la teoría, la chapa Marx-Freud a cambio del remoto legado diogenesiano: un materialismo pantomímico y una ilustración grotesca.

Una linda frase en el lenguaje sufrido de los filósofos doblados al español acá: “El proceso veritati
vo se divide en una falange discursiva altamente teorética y en una tropa de guerrilleros satírico-literarios. Con Diógenes empieza en la filosofía europea la resistencia contra el descartado juego del ‘discurso’”.

Diógenes hace un triángulo aterrador con sus dos contrincantes más conocidos, aunque Diógenes, probablemente, no tenía contrincantes específicos más allá del polítes, del ciudadano, del hombre común darvinista – no hay cómo llamarlo-, el tipo que siempre preferirá estar de uno u otro lado de la famosa dialéctica jegueliana; el neurótico promedio en otra jerga. Aquellos dos: Alejandro de Macedonia, y Aristocles, el filósofo conocido con el nick Platón (que se podría traducir por Peucelle). Curiosamente dos personajes célebres con una particular relación con las sombras: el primero conocido por conquistar el mundo y por querer hacerle sombra a Diógenes, quién lo espantó por tal motivo. El segundo célebre por fracasar estrepitosamente como político (convertido en esclavo por querer gobernar algo más que las almas de un grupúsculo de nerds), inventar casi casi la filosofía, y postular en su famosa parábola del Antro que todos nosotros los no-filósofos (como dicen en la facultad) sólo vemos las sombras de las cosas. Aquél dijo: Si yo no fuera Alejandro sería Diógenes. Platón, por su parte, tipificó a Diógenes llamándolo el Sócrates loco (furioso, o rabioso) (Sokrates mainomenos).
Lo amaban. Si sus cavilaciones patológicas (pensamiento en el sentido más que de Artaud del personaje de Seul contre tous, el método crítico-paranoico en versión acto reflejo) hubiesen prosperado por fuera de sus cabezas hacia la posteridad tal vez los tendríamos como sujetos de esta aserción de Tadeys:


Dicen que envidio la locura del otro


Noticias de Platón como Padre del Resentimiento Mundial encontrarás en cualquier recodo de Nietzsche. Y Superhombres salvo en Hollywood o algún nosocomio no se han visto en ningún otro refugio, de modo que la envidia debe de ser un motor bien eficaz de los Alejandros regionales del orbe (¿Spinoza era el que llamaba a los políticos impotentes que gobiernan con la tristeza?).

Lindo triángulo fuera del saturado por papá y mamá para ubicar al sujeto cualquiera que camina por este mundo ganado por el cinismo moderno –como le llaman por oposición al clásico o quinismo-: un poco Platón un poco Alejandro un poco Diógenes. ¿Quién sería si no fuese ni uno ni el otro?

Poco se sabe qué quiere decir esta frase pero es graciosa:

“¿No es Wittgenstein en el fondo el Diógenes de la lógica moderna y Carnap el eremita de la empiria?”

Habiendo desaparecido tantas cosas de acuerdo al justicialismo de los filósofos contemporáneos, como v. gr. la amistad, según un grafiti de Michael Foucault, habrá que dar bien por desaparecido a aquel cinismo basado en una especie de certeza que se medía con la Fisis con mayúscula. Quedan, a cambio, por un lado el cinismo unívoco, lineal, el del licántropo de Hobbes a conciencia, y otro cinismo bipo, el que asume las pantomimas-pensamiento de la animalidad desde un lugar equívoco, inubicable, cuántico. Vendría a ser el can en estado de snob. Debe de ser como la historia el cinismo diogénico: una vez ocurre como tragedia, y después nomás como farsa. Sloterdijk acusa al best seller de polimodal Cioran (claro que no conoce a nuestro propio ejemplo de ser-rhumano, el bipo asesor de Binner) de revanchista desinteresado e intransigente
de la inmadurez.
¿Qué queda acá a la vuelta de estas dos poses de la tradición? Nada. De un lado los hardcore-nerds del paper. Del otro los trolls, fanáticos de la blogofobia.


23/6/10

OTRA DERROTA GRIEGA



Como dijo una extremista de la anarcoepistemología: “la onda es más importante que el conocimiento y eso es todo lo que voy a decir”, y pensar que Bunge sigue perdiendo el tiempo con Feyerabend cuando lo suyo es Gelblung, la inteligencia. De nada sirve seguir señalándolo como el patafísico inconciente más inconciente de la Argentina, no le hace daño. Entiende, pero no quiere entender. Y peor la malaonda con la epistemología tipo Cioran (“Objeción contra la ciencia: este mundo no merece la pena ser conocido”). Menos todavía. Sócrates, fuiste el primer tilingo, y contra los tilingos hasta los palos de Diógenes rebotan. Y te recontran. Cínicos, cirenaicos, pirrónicos, sofistas del orto, peligrosos como nominalistas con navaja, ¡no se dieron cuenta! Negar el conocimiento, agarrarse a la duda como un náufrago a la podonga, nada, eso tiene menos onda que ser jegueliana de izquierda, glamour monto al menos. El tilingaje parresiastés arrasa con todo, no deja báculo, estufa ni martillo que funque. 2.500 años de abusos metafísicos, de sanata incomprensible para la gente (y lo peor de todo: ¡para la gente! ¡Paideia!), expresando lo inexpresable hasta el mutismo austriaco y la locura de Jena, y nada, cero onda. Cero onda. Y los patafísicos, con su querés que te cuente el cuento de la Buena Pipa, a medio paso de caer en la mística oceánica… cero onda. Ese cartel debería figurar en el frente de la facultad: Que no entre a la UNR el que no tenga onda. Para sacar de entrada al epistemólogo del lugar del boludo. Platonismo o no nunca fue el punto. Amigos del tribalismo profesoral new age, tatuenseló en el pubis: “La onda es más importante que la crítica al conocimiento”. Los cínicos nunca entienden nada (Aristipo, “Diógenes Uncool”).
“Pasaba en cierta ocasión por donde Diógenes estaba lavando unas hierbas, y le dijo éste: «Si hubieses aprendido a prepararte esta comida, no solicitarías los palacios de los tiranos». A lo que respondió Aristipo: «Y si tú supieras tratar con los hombres, no estarías lavando hierbas». Preguntado qué era lo que había sacado de la filosofía, respondió: «El poder conversar con todos sin miedo».” (Laercio)

21/6/10

Distancia cínica:
20 cm.

19/6/10

LA VIDA, QUE ES ASÍ DE BOLUDA



Los encendedores que dicen BX7 no duran nada. Tampoco cuestan nada.


Los auriculares, para discman, MP4, etcétera o lo que sea: los a $6 tiran 2 a 2 semanas y media hasta que uno empieza a fallar. Los que puedan figurar como Phillip, o ser caros de cualquier otra manera, que pasen los $20: esos tiran con mucha suerte más de un mes.


No hace falta que digan BX7. Los de precio similar duran lo mismo.


Ésta, que es la maravillosa vida que estamos llevando, ésta: que es mi experiencia. Yo también quiero narrarla. Tampoco van a pedirme que cuente una historia eh. Cuenten una historia de mí. Soy de esos que para el lector lo mejor.


De 4 fósforos Tres Patitos 1 te va a servir para encender un cigarro.

¿Volver a Salgari?

MP4 Philco comprado en Fravega. $200 y pico
[1]. Dura 4 meses y va a arreglo. Arreglo dura 3 meses y se caga. Fin de la garantía. Electrotel dice: no tiene arreglo.

Nunca pasé la página 30. Para ir al cine, ir al cine. Y encima lo daban por TV.

Kabir Bedi, lo ilegible (Sergio Sollima, 1976, Sandokán). ¿Canal 3 o Canal 5?





[1] Los precios de este texto están desactualizados.


17/6/10

EL PUÑO QUE APLAUDE



Difícil es decodificar y revelar el sentido de los gestos y actos del artista. La paradoja y la ironía suelen ser su reino. Llega incluso al fondo ese que se denomina lo ominoso, donde una cosa de pronto es –y ya era- lo contrario. La extrañeza lo acuna. Hace, el artista, de la extravagancia su mate cocido con bizcochos, su rutina es alterar el orden de las cosas, y abrirle paso al mundo del misterio, a aquello que la ruindad del racionalismo horario corrido ignora o barre bajo la alfombra. Oh el artista. El artista.


Cerrazón de la cachetada



El aplauso a puño cerrado tiene –por qué no- algo de performance, llegando incluso a circunscribirse como artículo de lujo en el campo de body art, del Body Art del Otro sobre todo, si se piensa que la cavidad craneana de éste es caja de resonancia virtuosa, uno de los más antiguos instrumentos de percusión que conoce la cultura humana. Redundancia o paradoja, es el aplauso ad hominem, o más bien al cuerpo, cuerpo a cuerpo. Tan necesario es poner el cuerpo en el circuito de la plausibilidad. Lo plausible como otro recibe así el verdadero estímulo que la vida –deseo de óbice y de palo- demanda: complicar, he ahí el sentido de la vida. La adversidad es el mundo del sujeto. El golpe es lo real. El aplauso con manopla en el rostro del otro es el hombre rehaciéndose a sí mismo. El aplauso impresionista es el partero de la historia de la cara. Una fractura de costillas es la continuación del decostruccionismo por ese medio oblícuo (gancho). El moretón desautomatiza el campo visual, puertea la percepción y ubica al ready made en la ulterioridad del acto artístico. Es curioso pero la única obra es el público, el Otro. El artista deberá un día comprender que su verdadera actividad es el aplauso, la pura creación. Ni falta que hace detenerse en el origen ontogénico del odio, partenogénesis denegatoria del amor. Primero es el aplauso, luego la obra. No hay sociología de la recepción que pueda obviar esta verdad empírica. En cuanto a esta forma contemporánea de aplauso (no excusada –se denuncia- de ambivalencia y paisaje siniestro), de lógica compleja, vinculada al art brut como al shock art, remanente también en cierta forma de la crisis de la representación en el universo del arte -¿deshumanización?-, cabe afirmar desde luego que excede lo meramente artístico, se derrama en la trama vincular de la misma vida práctica, volviéndose rito que hace base en la motilidad catárquica estableciendo situaciones en el horizonte emocional, abriéndose a la traumatología de los afectos (Affekt).

16/6/10

Uno no puede cojer, que ya lo llaman tilingo.

15/6/10

NADIE ES OSVALDO LAMBORGHINI


para herir o
para desaparecer
frenesí infantil
por malentender
y por maldecir

Cuando los tontos dicen que un escritor es inimitable se sabe que quieren decir que lo más fácil es imitarlo. Que al habérsele consentido hacer una cosa única, y ofrecerle aplauso, se ha condenado a los émulos a ser puestos al descubierto de manera evidente e inmediata. Cuando uno hace lo más fácil, casi un acto reflejo (para el plagio de genio: la primera lectura es la que cuenta), mimetizarse en uno de estos casos únicos, la policía literaria, los Chirolitas del consenso, saltan, como si la literatura –el arte- fuese otra cosa que un activismo del plagio desde el Servicio Meteorológico Nacional. Bien, borrar las huellas del objeto ingerido, asimilado, clonado, es el ejercicio que se paga, usualmente, como artículo con valor de cambio relevante en el medio. No siempre, en realidad, dado que cuando el plagio es enteramente atmosférico, comunal, interactivo, general, o sea cuando se plagia a los –por lo tanto- “imitables” –ese plagio omnia contra omnes- las puertas de los mercaditos corren la tranca. Ni siquiera se trata del “intertexto”, se trata de algo mayor, que incluye la sintaxis de todos (correlato del fútbol para todos), pero no se agota en eso: llega al gesto encubierto de arrodillarse a la demanda y desvivirse por narrar al lector pagando el texto, que básicamente existe en la forma de jurado, editor, crítico, profesor, en el caso del populismo para pocos.
Nadie quiere ser Lamborghini.
Este precursor del terrorismo de e-mail tuvo un rol: ser una patada en los huevos para los escribidores normales. Algunos hicieron como si nada. Otros padecieron malestar estomacal crónico, y se les recetó asimilarlo. Acusar el impacto, revelarlo, proclamar el mito, y adaptar por el medio que sea aquella mala nueva a una expectativa de tiempo de paz.
Lamborghini no es nadie.
La mitad de las interpretaciones triunfantes de Lamborghini son actos de expiación de un lado, perdón de otro. Tienen la forma de la excusa, a veces con un grado de ridículo incomparable. Si los amanerados de la facultad lo volvieron de culto y lectura obligatoria, bien por ellos, nadie te obligó a seguir esa carrera. Estás a tiempo de imitar a la parcialidad de Newell’s Old Boys: romper tu carnet. Por suerte yo no escribo, así que esto me resbala.
Nadie es Lamborghini.




(Rambo Lambo -orinal sin firma-)






13/6/10

MUNDIAL, SOÑAR



Si hubiera sabido que el mundial se jugaba con una Pulpito me anotaba. Recuerdo que yo era muy diestro con esa pelota aunque soy zurdo; pero mis quiebres de cintura más memorables –hasta que tuvieron que operarme de la cintura- eran sobre el cemento de las veredas y el asfalto de las calles, dos materiales abrasivos que permitían sofrenar un poco sus saltitos. Pero me dicen que en realidad es una pelota playera; esa suerte de pelota liviana que describe un itinerario poco previsible y sinuoso, favorable al azar y a la voluntad del viento más que a la del autor del shot; o bien se trata de una pelota mutante, por lo menos entre la Pulpo la playera y la ovalada que es pelota oficial de los sudafricanos, a los que está muy bien que, en la medida de lo posible, se los respete en sus costumbres y gustos pelotísticos. Dadas estas condiciones habría que volver a bautizar al balón tal como lo llamaban los aficionados y periodistas de la era amateur: la globa.
En realidad no es sólo la pelota, lo que produce el curioso fenómeno; contribuye el clima, la densidad del aire, la altura –dicen los que dicen- y también la verde gramilla rapada a la americana y rociada con agua y jabón, o aceite verde.
La FIFA rumia de forma misteriosa y maquiavélica: ¿qué buscan con este delirio? Los guardametas –quiero seguir con aquellos arcaísmos a lo Gráfico del 40- han vuelto a su entidad originaria: el gordito o el malo que va al arco y rechaza cualquier disparo dirigido al centro de su envergadura con los puños. Los shoteadores –sigo- apuntan por sobre el horizontal para complacer a dicho público local y sus hábitos de diletantes de rugby. La pelotita loca, que parece ovalarse en el trayecto, cambia de velocidad y dirección a mitad de camino. Rebota como las bolitas de goma. Un disparo de Verón de 60 metros v. gr. llegó dirigido a donde debía ir, rebotar a un metro veinte del torso del definidor y ser acomodada de pecho. Rebotó ahí pero se le fue sobre la frente marchita. A partir de mañana se practicará en doble turno el gol-Chilavert: de arco a arco, probablemente uno de los mayores recursos ofensivos en tales circunstancias insólitas. ¿Le gustan las bromitas al Sr. Blatter, o se oculta un fin maquiavélico? La mala puntería de la selección argentina es hasta el momento la mejor puntería del torneo: la que acierta al menos al lugar donde se ubica el arquero o la que más cerca pasa de los palos. De modo que las excusas de Maradona no tienen fundamento racional; tienen fundamento maradoniano: el del escándalo el repentismo dadá el maltrato a los monguis del preguntismo y la arenga albriciante-admonitoria a sus jugadores.
El menos errático de los jugadores de Nigeria utilizó la antigua técnica del tiento: el puntín. La recomiendo. La recomiendo incluso a Messi, como medio alternativo, a Messi (Mecí según mi corrector Word) que, querré augurar, será el menor de los damnificados, si mi deductivismo predictivo cumple y dignifica.
Aclaro que no vi los partidos, porque la FM comunitaria que me envía de cronista, sólo pudo costearme el viaje en barco de carga; de manera que estaré llegando para la final. Pero mi imaginación es prodigiosa pese a que pude sintonizar no más que una radio en algún dialecto bantú acallado por las sordas cornetitas wagneriano-minimales.
Mis espectadores reclaman –lo sé- más predicciones, dado que suelo acertar en el previsible Prode de los mundiales. Bueno. Como se sabe, después del shock-Pelé del 58, los campeonatos se repartieron uno para cada uno, cada torneo, para sudamericanos en Sudamérica y para europeos en Europa, y cuando tocó terreno neutral –como sustituto del lugar sudaca, siempre más limitado para el menester organizacional- el uno por uno siguió, como era de esperar en manos de Brasil, el primer privilegiado. O sea que desde el escritorio la chance está bien pulidita, hermanos. El prodigio secundón de iberoamérica, beneficiado además por el item latitudinal (ver planisferio), y por contar con el más de los fashion del momento, deberá tener a los astros –por así decir- de su lado. Pero nunca se sabe. Siempre hay un fixture oficial que ya está lleno, pero es acaso probabilístico. La pelotita, como ciertos cuchillitos borgeanos, hace su voluntad también ¡y hasta los jugadores y el monstruo-DT tienen parte en esto! Voy hojeando mis libros de la Cultural Inglesa y miro lontananza, es el océano, continuación orgónica del Paraná, vomito. E incluso espero.

12/6/10

Algo así como un deporte sin reglas que se juega sentado y sin hacer nada. Y obviamente se pierde hasta ganando.

Adivinaste.

11/6/10

¿Tu analista no acepta que le hables en latín?
Vete.

9/6/10

Císquese tranqui. Este inodoro es a sola firma.

6/6/10

PÉGUELE A UN 'PATAFÍSICO, SEA GRASA


Famoso filósofo de la era pre-queer que se reía de los chistes enumerativos de Borges había dicho que el poder es ubuesco. También su socio –el Exupery de la debilidad mental- nos señaló en inmortal Tratado cómo la ontología de Sein und Zeit había sido adelantada por Jarry. Si el poder, empero, es ubuesco, la “patafísica del Sur” (García) marcha al son de la Marchita (no la frente). El vandorismo de Jarry ha salido a la calle, amigos.
En las leyes que dicta el capricho está la fuerza de las cosas. Cuando muere el caprichoso su física prescribe. Es lógica del bastón, que no es cetro, no transmite, como el de mando, no tiene pase posible, no es posta, ni extensión de sí mismo, al revés: el sí mismo es la continuación del bastón fuera de sí. Ejemplo de algo: Jarry no es el amo, el amo es el mismo y la fobia es milenaria. Como cualquiera de esos objetos de culto que la historia de la moda ha registrado desde Tales, la patafísica está en todas partes, por lo que se puede predicar de todo, por más say no more epistemológico que sea, nóesis del palo deviniendo via regia de la güevada, es un situacionismo que se desvive por el holos, como todo lo imperturbable. ¿Debe la patafísica finalmente cargar el revolver, pasar a la clandestinidad y ser su propio brazo armado?
Una vida entera de peronismo-simperón nos acredita. El culto del maestro y la hagiografía son una cosa, la rigurosa doctrina del azar de un coronel difunto otra. Pasa lo mismo que aqueja al peronismo póstumo, hermenéutica del v
acío abierta en un mundo sin límites (Perón en griego es afijo aumentativo de límite). Algo no ajeno al cualquierismo del
todos somos.
El peronismo (no el ‘peronismo o “de-Perón”), ontificada entelequia, de toda suerte –mala- ha estado obligado a una doble representación imposible: Perón por un lado, Pueblo por otro. Una diferencia quizá.

Sangre negociada. A falta de pueblo, la patafísica. Desde otro ángulo de la estupidez mundial, el boludismo que a veces los patafísicos llaman patafísica (lo mismo: ‘patafísica) es un tic hereje que se conoce como histeria. Tipo de herejías cuyo núcleo doctrinario –o su pie ortopédico suplente- tiene siempre un centro que se corre, está tocado por la nebulosidad de ese jugueteo mayéutico tilingón al estilo Buena Pipa. Acá vendría a ocupar con su vacío otro vacío como si fuera algo así como un lacanismo no sólo sin Lacan (porque el lacanismo es sinlacán) sino sin lacanismo, además de gratuito. ¿Qué es lo que se sobreañade a la metafísica? Una dimensión de lo descocido bastante parecida a la prometida por Nietzsche en la temible lengua alemana (más allá del más allá o culminación de la metafísica, segual para el caso) pero usurpada por la tilingomanía francófona. La diferencia es que la patafísica es transhistórica, cosmológica, u holoantropológica; ni siquera es un estado de la mente como en dadaísmo (mongolismo autoinducido en el lenguaje de Feilling). Alfonsín les llamó “gatotextistas”. Se ponen como locas cuando uno los quiere agarrar.
Lástima que no figura en su decálogo de balbuceos éste que les quedaría mejor: la patafísica es la falta de obra. Locura es la obra. ¿Alguien no es un patafísico conciente? Busquenmeló.
¿Qué onda la patafísica, ergo? ¿Pasa del género chistes-de-viejo o puede servir para llenar algo más que blogs obsoletos?
La violencia – creo que escribió Sartre en el prólogo a “Patafísica Malaonda”- es la patafísica recreándose a sí misma.

5/6/10

Escuela de la Sospecha Campesina
Presenta mañana domingo
Conferencia
Soja y Dinero – Paja y Cultura
Presentar abono
18:00 hrs. Club Horizonte

4/6/10

CHOT-ART


(EXPRESIONES DEL ARTE URBANO EN ROSARIO 1)





Lo que se suele denominar literatura visual eroto-porno de espacios interiores, o vulgarmente pintadas de baño, tiene acaso una historia tan larga como la civilización misma, o, al menos, la existencia de los mismos baños. Llegan a nosotros de hecho numerosos registros desde el antiguo Imperio Romano, e incluso dentro del higiénico campo de la literatura convencional de papel ha tenido referentes argentinos destacables como el polaco Witold Gombrowicz e incluso el mismísimo Borges. El regreso de la democracia en 1983 y su consolidación significó con el tiempo la apertura de este oficio hacia los espacios urbanos abiertos, tanto en su forma grafemática como en su forma icónica, o bien mixta, lo que ayer era baño se fue volviendo otro sentimiento.

***

Nuestra ciudad ha dado artistas urbanos etéreos –como cierto reconocido e insuperable linyera-; pero también incontables otros se han sabido volcar a un campo más árido complejo y marginal que no ha tenido aún el suficiente reconocimiento (por suerte), donde a la vez que se operó una salida de la plástica del lienzo el papel o la escultura, se condujo en cierta manera a ensamblar la tradición del género-libídine –aunque para muchos degradada por un vaciamiento masivizador propio del capitalismo post-industrial- con el arte mural heredado del Renacimiento. La desaparición del terrorismo de Estado, como decíamos, permitió esta salida a las calles (street art) de las artes visuales sicalípticas, hasta sacarlas incluso de su originario anonimato. Suele sindicarse en esta expresión un cierto erotismo aplanado carente no sólo del menor compromiso social o artístico sino también –como señala el profesor Juan Autista Rivo (filósofo y psicoanalista de la U.N.N.) “ajeno al más elemental compromiso con el propio Deseo” [desambigüación].

Dentro de este campo se incluyen grafitis o pintadas verbales denominadas de leyenda, de consigna o putativas, pero más han prosperado en la ciudad las designadas como plástico-icónicas. Como se sabe el símbolo tiene sobre los signos la ventaja de una economía de recursos que facilita su comprensibilidad y la decodificación contemplación y por qué no fruición del gran público. No por nada, probablemente, nuestra querida ciudad es reconocida a lo largo y ancho del país por un cierto menhir patrio que tieso apunta directo hacia Dios Nuestro Señor, aquel irreverente ser que simboliza a todo aquello que hidalgamente se resiste a la arbitraria condena gravitacional.

***

El grafiti fálico es todo un género y no menor aquí, aunque haya permanecido en cierta forma soterrado. Transcribimos por ello el artículo de Wikipedia[1] que detalla su somera historia a través de algunos de sus exponentes más recalcados, de quienes no se debe omitir que han sabido sortear el olvido hipócrita en el que sumerge esta sociedad a aquellos que no ven otro horizonte de vida que no sea el de poner perpetuamente a la luz aquello verdadero que el filisteísmo pragmático oblitera. Ellos también son de acá (se agarra).



Contenido [ocultar].
1-Historia y algunos artistas distinguidos.
2-Enlaces externos.
3-Bibliografía


Historia y algunos artistas distinguidos

-------------------------------------------------------------------------------------------------

[editar]




Federico Putonasky (“Fefe”) dibujaba las mejores pijas de paredes que circulaban durante la década del 90. Innovador, no utilizó solamente el aerosol, exploró la pintura a la cal con brocha gorda, intentando parodiar el estilo de las pintadas políticas desde el anonimato del muralismo porno, por lo que se granjeó el desprecio de muchas agrupaciones militantes de distinto signo, conoció la persecución y finalmente el exilio. Muere en París en el año 2007.
Su ostracismo sin embargo reforzó su reconocimiento y distintos autores individuales o grupales se pronunciaron como continuadores de su obra, ganaron las calles y abarrotaron las paredes metropolitanas de garompas. Lo que con Putonasky era índice de un estilo personal, se convirtió en género y como suele suceder surgieron las diferentes corrientes las inquinas de capillas y esa inevitable neurosis de trasgresión que es condena y aliento en los discípulos. No obstante no son demasiados los que tampoco merecen alguna mención en esta semblanza.
Gerardo Mamarenga destacó en el perfeccionamiento de la técnica del aerosol utilizando innumerables colores e incluso llegando en la cúspide de su carrera a trabajar la policromía. Es reconocido por sacar al género de su concentración en la zona urbana y llevarlo a algunos barrios periféricos. En 1997 se convierte en el primer aerosolero de garchas en recibir una beca pública y un encargo del Estado, en este caso el municipio de Va. Gdor. Gálvez para el cual diseña y realiza una chota en posición vertical que lanza al cielo tres gotitas de leche (cuando hasta el momento lo más común era una o a lo sumo dos). Su obra hoy ha perdido vigencia y su entonces reconocimiento masivo se vio mellado por las constantes inculpaciones no tanto de la crítica especializada cuanto de sus pares que en general no vieron con buenos ojos este salto de la clandestinidad al oficialismo. Así, en los primeros años del nuevo siglo gana preponderancia una corriente que propone un regreso a las fuentes, no especialmente en lo estilístico –en lo que son antes bien conservadores- como en lo ético proponiendo por ejemplo el borramiento de la firma de autor e incluso su “muerte” como tal. Pintan entonces pijas muertas.
Carlos A. Poronganni es quizá la expresión más destacable de la corriente que encabezó la resistencia al pijamuertismo visual, desde un costado entre pop y camp, a la que denominaron algunos medios especializados con el neologismo Chot que hoy abarca al género en sí mismo; abandonan definitivamente el discreto uso de la birome y la fibra, destacan el elemento lúdico y restan importancia a la dimensión de denuncia social y resistencia etal por lo que se los ha llegado a identificar con los Putos e incluso con el movimiento N.O.B. (Nueva Obra pro Bulto), valga la redundancia. Existen otros artistas distinguidos en el rubro, aunque de menor relevancia, que pueden ser nombrados, como Roberto Yorlano (1940-2001) quien (“Con la mano” 1997 colec. Bell-Vernet) revalora la experimentación táctil en el campo (Bigand) llegando a realizar frescos vergales con betún y dedo; el colectivo Adentro que trabaja el relieve y la talla con navaja, el estucado el friso el medio bulto y el bulto redondo –al que tampoco le hacen asco-; Hermes Di Natale (Soldini, 1973), dibuja sobre el Monumento a la Bandera una poronga del mismo tamaño que el propio monumento y realiza la primera tarasca-esténcil (1998). Utiliza usualmente grafemas con consignas (“Boca puto”, “vos te la comés” etc.), toma por una parte elementos de las distintas vanguardias del s. XX –concretismo, abstraccionismo, cubismo-, llegando en su época de máximo pelotudismo a sustituir las pinchilas de pared por fotogramas-afiche (pegatinas) a los que serializa y finalmente comercializa con fines absolutamente ajenos al espíritu originario de esta expresión social financiado en más de un caso por líneas de lencería erótica o conocidas marcas de profilácticos. Si bien en su origen el Chot-Art respondía a las condiciones reseñadas por algunos especialistas como el semiólogo italiano Palurdo Mamanna, marginalidad, anonimato, espontaneidad, escenicidad, precariedad, fugacidad, en poco tiempo, con el arribo de artistas como los referidos este tipo de manifestación ganó una complejidad enorme por lo que muchos señalan el momento actual como la era del post-Chotart. En lo estético los límites de este género, si se quiere primitivo, de arte visual urbano ya son imposibles de ser señalados, imperando por un lado una suerte de “vale todo” en el campo de los recursos, llegando, por el otro, hasta el llamado “cualquierismo” que hoy domina en la escena –con especial predicamento en los jóvenes-.

(Notable concreción de chot-art de firma, del artista Duego (Acebal, 1981) ubicada en uno de los flancos de la Facultad de Ingeniería)

(Ejemplo de chot-art-intervenido -o palimpséstico- por infaltables consignas políticas. 1º de Mayo al 1400, en muros pertenecientes al Hospital Provincial)

(Premio Municipal 2005. Autor Mauricio T. Viola)

(Sofisticación rayana con el neoexpresionismo abstracto, réplica de obra original de Fefe Putonasky en un muro madrileño)




[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Artecallejerodechotaenrosario

2/6/10

PARA UN BLOG OBSOLETO

(Didáctica III Envidia I)



El arte de sí mismo, que no es necesariamente una estética de la existencia, ni exactamente aquello que se formula con el enunciado hacer de la vida de uno una obra de arte –ya que la vida de uno es prioritariamente de los otros, de las cosas y el azar-, tiene procedimientos que aparecen a primera vista extraños: pensar contra uno mismo, un eventual ejemplo. Que yo sea otro, no ser quien escribe, traicionarse cuando no te traicionan, traicionar al enemigo, al amigo ni justicia, o no a la vuelta de cualquier esquina, compromiso con la irresponsabilidad, pensamiento anónimo, voluntad de nopodermiento mucho, impensamiento suscrito, decir mejor que hacer, escribir mejor que decir, no escribir mejor que escribir, hacer mejor que ni escribir. Ex nihilo el plagio todo lo crea. Ir de lo obvio a lo obtuso, como del trabajo a la casa, de la casa al trabajo como de lo obtuso a lo obvio, fingir un sarcasmo y el cinismo-lazarillo si entontecido mejor. Aunque conviene olvidarlo todo, hasta la incurable certeza de que la imbecilidad es el monopolio de la salvación; aunque salvación no hay pero –; pero- el lenguaje es fascista, qué le vamos a hacer [¿Contrarrestarlo? ¿Potenciarlo?]. Un día –ayer-, lo grave arribará a su punto culminante, lo bajo. Notarás que amo el lugar común, es mi mayor rareza –rara ¿no?-. Cierto, mis poemas son demasiado pretenciosos; es que no soy ni poeta en este mundo. Al contrario, lo que yo no tengo es onda, y eso sí es la falta de obra. Al menos yo envidio la locura [a falta de obra]. Nada que ver con los tribalistas de élite, que creen que la obra es la falta de locura o el campo de la didáctica. Que la sigan mamando.




Ojo con el ononismo
Y los peronismos del
Nonsense.
Ojo.

1/6/10

CAE DEL CIELO
UN GAUCHO
GAY



-La vulgaridad es un lujo-

Susvín... rompió


Foro fáustico-Kitsch de miseria a la filosofía, viveza epistemológica, patafísica nacional popular, metafísica nazianal pop, crítica en estado clínico, antipsicoanálisis en pantuflas, boludeces con criterio empirista de significado cognoscitivo, dadaísmo tragicómico, popestructuralismo de protesta, poemas platónicos, deconstruccionismo chabón, tango rolinga, paranoia ontoteológica, solipsismo de izquierda, falogocentrismo a martillazos, martillazos al falogocentrismo, esquizoanálisis microfascista, fenomenologías del transmundo, freudomarxismo new age, pragmatismo del reviente, pensamiento poco, yoísmo ayoico al pedo, hedonismo allende el principio del placer, diogenismo del doble discurso, cristianismo con Sade, say no more sin Tractatus, partuza del pensamiento abstracto, vitalismo funebrero, antifilosofía antipoética, surrealismo silogístico, peronismo gorila, menemismo progre, palo a la argentinidad y argentinidad al palo, rocanrol ello, existencialismo menefrego, hegelismo anarcodeseante, cross en la mandíbula a Kant.




Un idiota que reclama que le sea reconocido un saber...