30/9/09

No sé si Platón me echó por poeta o por sumar con los dedos.

27/9/09

Cómo Fue que Llegué a Ser Peronista


¿Por qué en caso de ser es preferible ser peronista? Razones de mi vida para, en-caso-de-ser, ser-peronista. Aunque peronista no se es, se deviene (lo primero es el movimiento, el peronismo, nomadología-microfascista, es un delecismo contra sí mismo, en retirada: en fuga de sí. El peronismo no es un sistema, y la vida-no-fascista: un paraíso que se pierde, el de la noexistencia). Como se sabe por el acervo oral, el peronismo es inexorable: todos somos peronistas. El peronismo es general. Neoliberales, punks, frondizistas, depresistas-progre…todos. Otra razón de mi vida como estética existencial: sólo hay una cosa peor que ser peronista: ser gorila. Se deviene ratón o cucaracha; gorila se es. El peronismo gorila, como lo real, kinesis – cine cínico de la vida misma - está por fuera del principio de contradicción.
Hoy los payasos peronchos del marchandising editorial se agarran de los ruleros en sus blogs y sus columnillas ADÑ pagando las consecuencias de sus luqueos de cosmetología política. Por eso vamos a
explicar un poco como va la cosa en serio acá.






Hay una sola tradición literaria argentina. Se llama Borges. El resto no es literatura. Lo demás es periferia, y resistencia. Lo otro aún está por verse: es lo otro de Borges. La otra probable “tradición” goza de tanta negatividad como la que, en al campo de la política, tiene aquella que no es peronista. Porque hay una sola tradición política en la Argentina. El peronismo se llama. La literatura, escribió un émulo de O. Lamborghini de mi barrio una década atrás, cuando apenas despuntaban las web pages e inexistían los bloggers y las antologías de peronismo adolescente, la literatura: es antiperonismo. El peronismo gorila, o sea lo ominoso criollo, la Spaltung aborigen, lo real acá, o el malestar en la literatura. Al modo Wittgenstein, lo único que no queda por fuera de la lógica es la tautología. Que A ≠ A, que A no esté siendo A, es el resto. La otra (tradición) no es tradición; es traición. Se llama Silvio Astier o Arlt y llega hasta los enunciados de Deleuze (un escritor argentino) (conceptor de la escritura-traición) o las rencillas del entramado paranoico de Literal. La lealtad, en el campo de la literatura, Borges, insistir, se llama. El barroco cultiva lo imposible. El oxímoron – peronismo gorila - o la traición literaria argentina. Aunque no falsable, una hipótesis.


Partiendo de la base de que en Francia todo es decontrucción y en la Argentina todo es peronismo (una aserción del capocomico Tabarovsky), es como se altera el dualismo derridiano entre metafísica y escritura por: escritura y peronismo. Donde metafísica y mística (algo que podría hipotizarse como un saldo pampeano dejado por M. Fernández) son dos términos que – desde dos ángulos distintos o no – permiten ver lo mismo. Dentro de este conjunto (el Mundo) (Argentino), es cierto: todos somos peronistas: socialistas comunistas conservadores radicales perversos neuróticos esquizos. Al peronismo se le puede aplicar un operativo parejo al que bocetó Nietzsche para con la metafísica. El Peronismo Invertido es Peronismo Invertido. Queda por elucidar si el nirvana (o algo que Heidegger llamaba Gelassenheit) o la locura (deja entender Heidegger – en “Nietzsche” - que puede haber una especie de correlato entre el intento conceptual de superar la metafísica de Nietzsche y su destino existencial) (y cierto: Foucault era un poco más peronista que Deleuze; de hecho tantos delecianos nacionales decantan en la patafísica como fucoltianos locales en el pero…). Hay peronismo zen (el zen nacional) y peronismo anedípico (nazianal-popular).

Por lo tanto (o no por lo tanto):

Hipótesis metafísica: soy peronista porque es inexorable (se desprende de la sentencia del Perón-Oral).

Hipótesis estética: el peronismo culinario, o como gusto o indumentaria: Argumento: El peronismo es un asco. Pero sólo hay una cosa peor que ser peronista: ser gorila. (con principio de tercero excluido) (destino trágico del ser nacional: en esto – internalismo - no hay tercera posición).


Finalmente, el peronismo epicúreo.

La razón epicúrea de la vida peronista no es menos conocida: nunca me metí en política; siempre fui peronista. El peronista epicúreo - fijado por Soriano - es el peronista por omisión. Negligente. - Yo epicúreo. Hay un peronismo para la Hélade y un peronismo-para-sí-mismo. Probablemente haya un peronismo en sí y un peronismo para sí. Un peronismo jegueliano y un peronismo subjetivista o védico (Juan Domingo Schopenhauer).

Del ramo es el peronismo gombrovichiano: irresponsable. Como resistencia al peronismo neosartreano, no invoca en sus decisiones o fanfarronerías ningún tipo de compromiso; boquea y articula los desencadenamientos del infantilismo y la inferioridad; al peronista gombrovichiano no le importa la cultura ni la cultura peronista, sino nuestras relaciones con la cultura peronista: el peronismo cultural como un desvío de la mirada hacia el muslo, gusto por lo bajo o seducción de la barbarie. Civilización o barbarie, escritura o metafísica, literatura o peronismo. Y pobres de todos aquellos que (al revés de Diógenes) son, como dijo uno una vez, los perros de sus ideas, los peronistas serios.

Y por si falta algo el peronismo ayoico; manera de un peronismo sin sique.

Peronismo es subjetividad sin sujeto, línea de fuga de la individuación y la identidad personal. Peronismo identidade pessoal. Peronismo es todoposibilidad. Tener opiniones es estar vendido a sí mismo. No tener opiniones es existir. Tener todas las opiniones es ser peronista. Como suele señalar Aira, los ejemplos sobran. En este caso, están en todas partes, hacen patria.


25/9/09



"Somos materia estelar que ha tomado el destino en sus manos".
Carl Sagan. Cosmos. Canal Encuentro. 24/9/9. 23:49

24/9/09

[clasiamigos]
Soy un punk palermitano matriculado en Letras. Quiero ser un Lugones kirchnerista.

22/9/09

Dios & Perón, 2 Muertos de Risa





Por Mamerto Biondi




Los filósofos son teólogos, y (y o por lo tanto) funebreros. Les preocupa la muerte de Dios, se agitan en la histeria de la diferancia. Trabajan ese rubro al menos. Neopragmatistas, antifilósofos a la lacaniana, platonistas al revés, hedonistas caritativos etc.
Los sociólogos son peronólogos, una modesta diferencia. También se dedican a pensar en la muerte, de Perón en este caso.

Si Perón ha muerto ¿todo es posible o nada es posible?

Me llega lo que decía Osvaldo Lamborghini, lo que le decía a Aira: ¡No puedo creer que Perón haya muerto! No sólo lo aquejaba la metafísica entregada a sus excesos (que también narró eso) sino el peronismo sin Vandor. En general - podría alguno decir irremediablemente - estuvo oscilando entre Artaud y Lacan, entre acabar con el juicio de Dios y si Dios ha muerto nada es posible. Era así su reposición de la imposibilidad de creer de M. Fernández: no puedo creer que Perón haya muerto.

Dios y Perón. Son las dos alternativas del teorema nacional: o la vía filosófica o la vía sociológica. Teología metafísica o teología política, ontología o politología, filosofía o sociología y todos tus muertos. Ser anarcofascista, ser decontruccionista-falogocéntrico. Para la metafísica argentina (sea T. Abraham - gorilófilo - u H. González – peronómano -) la muerte de Perón sale ganando y tiene más prensa; la literatura nacional tiene demasiado con pensar la muerte y resurrección de aquél occiso del 74, y mientras esperamos un peronismo nischeano el teologar despolitizado espera, la vuelta del Spa de Maradona, la vuelta al escenario de Carlitos. Nopodermiento, impensamiento mucho, y peronismo epicúreo; un deseo. Hay que arrebatarle el cualquierismo a Cucurto.




21/9/09

¿Quieren destruir la literatura?


¿Y a mí qué me chupa?

20/9/09


















[República de la Sexta]

18/9/09

Peatones & Partes Delanteras

(De la Patafísica a pata) [1]


La esquicia del taxista
Atropello a la razón



Los taxistas sufren una extraordinaria esquizofrenia consistente en una comprensión dual y encontrada de la entidad del peatón: cliente y obstáculo. Cuando un taxista dobla en una esquina a velocidad considerable, se para según le obliga su moral transgresiva indefectiblemente sobre la línea peatonal o incluso adelante, no respeta la prioridad de paso del animal político bípedo no dotado de carrocería – un pedazo de mierda humana llamada ciudadano a pie – olvida que esa especie zoociológica recién descripta es con cuasi exclusividad su inexorable cliente, dado que perros y polígonos no portan dinero.
Accidente.
La voluntad de acercar lo más posible su automóvil a la humanidad del viandante de paso es incontrolable. El taxista no contempla que el paseante urbano pueda no ser un flâneur sino también un animal en estado de lucha por la sobrevivencia, su situación originaria y medular de “estar
trabajando” le otorga un derecho de atropello y coqueteo con la eventualidad de accidente. Precisamente, como los necios que no quieren leer a Aristóteles, no distingue esencia de accidente: que el peatón es un ente que puede estar en diversas circunstancias: particularmente dos que conciernen al caso: ser usuario del taxi (cliente), o ser un peatón por así decir en estado puro o en acto. El sujeto que cruza la calle es, para el taxista, otro de su potencial cliente y no una misma entidad en otra posición o circunstancia. Para el taxista – borgeano – el peatón es su circunstancia.
Es curioso que ese anticaballero andante de tracción no a sangre apasionado por experimentar el vértigo con los transeúntes de esquina a los que quizá ve – ahora cartesiano, cartesiano motorizado y pobre – como molestos autómatas del paisaje urbano sea el mismo que con posterioridad a la seña establecida que el citoyen realiza para indicar que ha menester su servicio se convierte en una trivial y familiar máquina parlante-empática compulsada a confirmar que entre él y su pasajero hay una unidad absoluta de criterios y una misma e indisoluble Weltanschauung.

Mampara blindada y GPS también para los peatones.






Materia y forma del peatón vigente
“Cualquiera es un peatón”


O bien: suprimir al peatón orgánico por peatones meramente mecánicos.
Peatones sin parte delantera. O bien con carrocería de alto impacto.
El peatón no es otro.


El material del peatón requiere un cambio sustancial adecuado a la anomia moral del tránsito. El concepto de “parque automotor” es siniestro, salvo que los autos comiencen un día a liberar oxígeno. Desgraciadamente si un peatón sueña que vuela no vuela a menos que sea impulsado por la contundencia de una “parte delantera” taxística o particular. La naturaleza es lenta en sus progresos de modo que le llevará demasiado tiempo al peatón contemporáneo desarrollar un tipo de tejido externo en forma de chasis. El peatón humano es una muela de juicio de la urbanidad contemporánea. Su innecesidad sí es patente y su sustitución por una forma no anacrónica una deuda pendiente del gobierno municipal.


“Para justificar nuestro título – posteó Jarry hace más de 100 años en “El peatón atropellador”[2]-, añadamos que el peatón no corre tantos riesgos como el ciclista o el chofer. Se expone a una simple caída desde su altura y no a una proyección fuera de un aparato veloz, ni a la rotura de ese precioso aparato; por lo tanto, hasta el día en que se haya terminado esta locura de dejar circular a la gente a pie, sin estar provistos de autorización previa, de chapa identificatoria, frenos, cascabeles, trompa y linterna, tendremos que vencer este peligro público: el peatón atropellador”.




[1] Artículo rebotado por “Satiricón” (1974).


[2] Alfred Jarry “El peatón atropellador” en “Siloquios, superloquios, soliloquios e interloquios de Patafísica”.

17/9/09

En los Cadáveres de las Pendejas: Hay Conchitas


(Alberto Laiseca. “Sí, soy mala poeta pero…”. Gárgola.. Bs. As. 2006)





Laiseca es un rosarino ejemplar como Ernesto Guevara; como él tomó la mejor decisión rosarina que conocemos: nació y se fue. No murió en la selva pero con el tiempo devino Dictador Perpetuo de Camilo Aldao, lo que es un destino más feliz. Es más alto que Cortazar, debe de andar por los dos metros, y ese es otro punto a favor: hacerse mirar de abajo. Los escritores que partiendo del suelo abrazan esa altura, conocen otro aire o sufren en los bondis como nadie. Escribió algún día un libro donde reclamaba ser plagiado y fue plagiado, no sólo por Cucurto (que no es el más alto pero, es probable, el más negro). El delirante y el atolondrado son realismos que remontan la hilacha de la precursión hasta Gargantúa. También escribió una novela a tamaño natural (el suyo) que es factible que hayan leído Piglia Aira & Fogwill (yo no) y no le teme a lo que las venideras viejas de barrio llaman literatura vulgar y las profesoras de la UNR escritura mala. A veces se le da por narrar ilegibles cosas chinas pero regresa a tiempo. Cultiva la pornografía naíf. Alberto Laiseca redescubrió – dicen – el título con gerundio abordo; una proeza. Este blog (pero no somos nadie) ve con beneplácito la gesta laisequiana. “¿Puede un mediocre volverse genio? Si: mediante la fe y el realismo delirante”.


21


Como dijo el profesor Eusebio Filigranati, mi Maestro, autor de Los Atroces (o de Los Sorias, ya no recuerdo): “El realismo delirante es la más alta expresión del romanticismo”. El incomprendido y pobre Tojo debería hacer de Don Eusebio su escritor de cabecera. Son los sanos de mierda los que hacen daño en el mundo. Los gestores de todo el puritanismo piojoso. George W. Busch no fuma. Tiene derecho. A lo que no tiene derecho ese borrachín reformado es a usar su enorme poder para la militancia NO HUMO que ha iniciado en el mundo. Cualquier día de estos va a elevar un proyecto a las Cámaras prohibiendo la fabricación, venta y consumo de tabaco. Y la verdad es que lo apoyo porque la nube tóxica generada por nosotros, los fumadores, es tan altamente maléfica que viaja en el tiempo. Hasta el jurásico y el cretáceo. A punto tal que tengo la certeza de que cada vez que enciendo un cigarrillo mato por lo menos un pterodáctilo. Bush es un Soria química y radicalmente puro. El pobre Tojo estará loco pero por lo menos es inofensivo, no como algunos que yo conozco. Más allá de las ideologías: la caída de mi juventud es algo que no puedo creer, así como en su momento no pude creer la caída de la Unión Soviética, o que nos hayan derrotado en Vietnam. Porque la postura romántica por excelencia es creer que podés cambiar el mundo por el sólo poder de tu voluntad y de tu infinito amor.
¿Sabés cuál es la tragedia? Que nadie tiene razón. Por eso todo resulta tan confuso. Hay partes de verdad por ahí dando vueltas, pero ni se te ocurra decirlas o te van a matar a garrotazos como si fueras un enano. Sabelas vos y listo. En todo caso trasmitilas de boca en boca. Pero no las escribas.
Al pobre Tojo, un buen día de éstos, le puede llegar a suceder lo mismo que a mí, que me echaron de Saigón con helicópteros y todo. Bien. De acuerdo. Pero a pesar de ello continuaré siendo romántico y realista delirante, en un mundo de objetivistas y sanos de mierda. Al revés de lo que pensaba Hegel todo lo real es irracional, todo lo irracional es real.



333



Ahora por fin comprendo para qué me hice dictador: para tener un público cautivo de mis obras maestras.
















Procrastinando el continuo. La cortedad del aforista.

16/9/09



Ya está el 9 que Diego buscaba (1,98 m)

(Oberto y Scola por afuera)

15/9/09

Pronto (poco):

"La Lucha Contra el Estilo Único".

14/9/09

Se me ocurrió una pregunta: ¿Qué es la filosofía?

13/9/09








[Empalme]

11/9/09



Los bloggers son los únicos que, no teniendo que mendigar, mendigan: de todos modos, mendigan. Una excepción.

10/9/09

8/9/09

No me gustan los cuentos donde Evita chupa la pija.

6/9/09

Como una princesita encerrada en su torre de dientes de leche escribe poesía como por última vez.
Kirchneristas por omisión: ... salud.

4/9/09



Edição bilingue

2/9/09

Demoliendo télos: método crítico-peronoico.



-La vulgaridad es un lujo-

Susvín... rompió


Foro fáustico-Kitsch de miseria a la filosofía, viveza epistemológica, patafísica nacional popular, metafísica nazianal pop, crítica en estado clínico, antipsicoanálisis en pantuflas, boludeces con criterio empirista de significado cognoscitivo, dadaísmo tragicómico, popestructuralismo de protesta, poemas platónicos, deconstruccionismo chabón, tango rolinga, paranoia ontoteológica, solipsismo de izquierda, falogocentrismo a martillazos, martillazos al falogocentrismo, esquizoanálisis microfascista, fenomenologías del transmundo, freudomarxismo new age, pragmatismo del reviente, pensamiento poco, yoísmo ayoico al pedo, hedonismo allende el principio del placer, diogenismo del doble discurso, cristianismo con Sade, say no more sin Tractatus, partuza del pensamiento abstracto, vitalismo funebrero, antifilosofía antipoética, surrealismo silogístico, peronismo gorila, menemismo progre, palo a la argentinidad y argentinidad al palo, rocanrol ello, existencialismo menefrego, hegelismo anarcodeseante, cross en la mandíbula a Kant.




Un idiota que reclama que le sea reconocido un saber...