12/10/07

Nahuelito Ser Nacional & Otros Noúmenos



(Una lectura de Fogwill)



Primero un acto intermedio; el de un texto del año 95 en uno de sus instantes más conmovedores:


Con Macedonio Fernández renace la filosofía argentina, pero todas estas palabras están falsamente colocadas. Renacer, filosofía, argentina, Macedonio: ¿Qué son sino vocablos de una verbosidad que se escurre sin referencias en nada, ni en la historia, ni en el ser ni en la vida?”.


Unos años antes, en otro libro del ramo, Horacio González o el mismo de marras distingue – distinguía - dos polos malogrados de la vida filosófica argentina de los años idos recientemente: Habermas y Lacan. Una idea de corporatividad democrática y anonimato colectivo, y la adversidad sibilante y dandista de un personalismo esotérico-patafísico. La traslación de Habermas y Lacan al ambiente argentino es el problema. Sus agentes locales, a diferencia del usufructo originario de Masotta (como se lee en el “Epílogo”, que hizo con Lacan algo así como lo hecho por Fernández con James) son los ejemplares contribuyentes de un desdichado estado de cosas tal que le lleva al autor, al autor citado supra, sujeto de la enunciación-enunciado o de un registro nacional de propiedad intelectual y un “nombre de autor” pero que reclama una cómplice responsabilidad amical compartida o absolutamente inexistente (“Epílogo” infra) a escribir:


la filosofía argentina ya no existe”.


Más de una década después – tercer acto - titula – aba- , también desde una trinchera marginal del propio Estado, y ya de un modo sí más anónimo, en común, cómplice y sin infrascrito:


¿existe la filosofía argentina?”.




Respuesta: no. No existe la lucha de clases.







Fuentes:

“La ética picaresca”
“El filósofo cesante”
“¿Existe la filosofía argentina?”
“Gritos equivocados”

10/10/07

Filosofema Masa & Playmobil



(O ¿Por qué Macedonio Fernández no está en el “Gen Argentino”?)






De la popular pregunta de hace dos años por la “filosofía argentina” y su existencia – que ha hecho reír a varios bloggers latinoamericanos, según pude observar - a la disputatio televisiva sobre “el gen argentino” de ahora hay de hecho un trecho, dios dirá si estrecho. No es para hacerse el indignado, como el profesor-tipo argentino, que llena los baches de sus clases bardeando al conductor intelectual de turno en el universo mediático, Rozitchner, o preferentemente Piña. Gracias al sistema-Fernández hace años que falto a clases, sabido de que la deserción escolar hace Borges en estos países… Pero me imagino que en Humanidades & Artes no debe de faltar profe social que no olvide darle duro al progresista-estrella de Piña como material de relleno y cable a tierra consensual de su acto pedagógico programático. Ganan su público a base del mediatismo invertido, y de la indignación automática del puberato moral. En mi época, cuando cursaba filosofía, nadie se privaba en clase alguna de “Problemática del Saber” o afines del chistecito sobre la lectura de Sócrates contra el señor doctor Menem, entonces presidente, que por lo menos de palabra intentó llevar la gesta sarmientina hacia su plenitud imposible: un paroxismo fanatizado de la hermenéutica deconstruccionista que aspiraba más que a acabar con el analfabetismo a hacer leer hasta lo inexistente-textual. Se puede pensar la filosofía en base a ciertas técnicas mito-publicitarias y hacer pensar que buscar al filósofo argentino del siglo es una causa potable y noble y un objetivo profesoral-profesional. González es macedoniano pero (raro peronista) sabe volver del ridículo. Propone en ese puesto a Astrada. Otro peronista – en este caso jegueliano definido - había cometido el acto temerario y precipitado de postular a Fernández dentro del podio filosófico de su época. Era su amigo Miguel Virasoro parece. Así como Deleuze no se animaba a decir del todo que el esquizofrénico era el revolucionario (en fin… ¡qué cosas!) (¡Qué gente! como decía Castro), González, primer expropiador orgánico de Macedonio en el campo sui generis de nuestra filosofía expandida o en sentido lato, sabe no encenderse en demasía. Su bondad bonapartista propone a Astrada, autor creativo, serio, severo, académico, marxista jaidegueriano y… peronista. Alumno en presencia de Heidegger y narrador teórico de un Perón con cuello Mao. Pensador del gaucho de Nietzsche del existencialismo y de Marx. No sé si sabía callar en seis idiomas, pero al alemán debía leerlo de corrido. Pero sí, es que la propuesta ya es fernandeciana, tiene el despropósito risueño y extemporáneo de las candidaturas macedonianas. Justamente: candidaturas. En este caso una candidez rebuscada, artificiosa; un “pretexto” del aventurerismo buscón de la vida (académica). Picaresca criolla; sociocrítica. Cándidos para Horacio González han sido Osvaldo Lamborghini (“cándido y aberrante”) y Ludwig Wittgenstein (“cándido y tortuoso”), según se lee en ciertos textos. El señor Horacio se hace… (y nosotros mejor vamos a seguir postulando a M. F. como Antifilósofo Nacional, acaso un viejo y tácito objeto en la escritura de ciertos filolacanos de los setenta). Si en vez de Fontanarrosa hubiera ido Fernández, a competir, por ejemplo con…con Olmedo o con Alberini o Fatone ¿lo hubieramos visto ocupando la silla de Sasturain? ¿Enfrentado a Feinmann si fuera contra Alberdi? ¿O a Abraham contra Gombrowicz? ¿A dónde querré llegar?...A nada. No me interesan estos temas. Estoy ocioso y no me sale escribir cosas serias, no puedo ser Aira para parecer pensar lo imponderable y narrar como si nada. Estoy condenado a la sátira, un género de cuarta pero por autoencargo automático. Cuando no se tiene nada que decir Beckett, uno puede hacer aguafuertes para teóricos. ¡Callen a Tomás Abraham! Es terrible escribir cuando se tiene un ma
l lector.




7/10/07

Un Infiltrado en la Familia



(¡Viva la Poesía!… Y el Festival de Rosario)





Después de 15 años de festival de poesía por fin me decido a ir este sábado el día de cierre. Veo 3 o 4 conocidos de cuando solía tener cierta vida social. Trato de mirar para otro lado cuando los veo avecinarse, trato de andar por la sombra. La crema del culturismo rosarino y sus aliados y festejantes pululan en el Centro Cultural de la peatonal. Voy a echarles un vistazo más que nada.



Nunca me querrán. O sí.



Yo los contemplo.



Nomás.



A mi parecer el concepto de escritura es el siguiente. Es actoral. Dramatúrgico. Entienden que ser un escritor es ser un sujeto que se pone en escena. Pero no se trata del mito personal, porque por lo que parece en la mayoría de los casos, estos sujetos bastante ignotos fuera del gremio no tienen un halo mítico muy luminoso ni lo quieren. Son gente muy civil y muy melancólica. Rechazan el neón de la cultura, rechazan lo popular, lo genial, lo grandilocuente, lo masivo, el trabajo que dan la larga prosa y el romper los contratos; eligen un chiquitismo y una especie de impostación melancólico-humanitaria permanente. No salen a actuar afuera de la escritura, en el free time de la vida donde uno debe solventar su chapa. Escriben (no en todos los casos) para actuar la escritura. Son vocalistas. Escriben una obra legible y por la voz. Una continuación de la cara. Y la camisa. Tienen un mayor o menor talento declamatorio y en ello va casi todo el texto. Con viejos yeites, conocidas técnicas que un viejo lector ya viene cansando desde la adolescencia, ellos (con mayor o menor oportunidad y talento) hacen su mundo. Son intérpretes de un texto ya consentido, trabajan un consenso demasiado firme; entienden que entre poema y poema el elemento medianero es el aplauso. ¿Pero no es una obscenidad aplaudir un poema? Son artistas de festival, y son héroes de la indignación mundial. Son señores – y señoras – con vocación por lucir la etiqueta social del ángel; son gremialistas, forman una hermandad universal, son mártires del poema al borde de la canonización. Son buenos padres. Saben su truco muy bien, prevén perfectamente la risa y la aflicción colectivas que puede deparar ipso facto el verso justo. Perdón: minicolectivas, micro. Ellos sienten que (como Marx pudo decir que la esencia y el dios del judío era el dinero) ser poetas es realizarse en pequeños festivales de su mundo progresista, simpático, compungido y piadoso. Son… burgueses.




Cuando salí no me quedaba opción. Fui tras una turra callejera de las de calle Mendoza, por un service de urgencia. Para volver a tener un cuerpo en serio.



No estoy en contra del mundo. No crean que los odio. Va con onda, como diría Aristóteles.



Mario Martök






-La vulgaridad es un lujo-

Susvín... rompió


Foro fáustico-Kitsch de miseria a la filosofía, viveza epistemológica, patafísica nacional popular, metafísica nazianal pop, crítica en estado clínico, antipsicoanálisis en pantuflas, boludeces con criterio empirista de significado cognoscitivo, dadaísmo tragicómico, popestructuralismo de protesta, poemas platónicos, deconstruccionismo chabón, tango rolinga, paranoia ontoteológica, solipsismo de izquierda, falogocentrismo a martillazos, martillazos al falogocentrismo, esquizoanálisis microfascista, fenomenologías del transmundo, freudomarxismo new age, pragmatismo del reviente, pensamiento poco, yoísmo ayoico al pedo, hedonismo allende el principio del placer, diogenismo del doble discurso, cristianismo con Sade, say no more sin Tractatus, partuza del pensamiento abstracto, vitalismo funebrero, antifilosofía antipoética, surrealismo silogístico, peronismo gorila, menemismo progre, palo a la argentinidad y argentinidad al palo, rocanrol ello, existencialismo menefrego, hegelismo anarcodeseante, cross en la mandíbula a Kant.




Un idiota que reclama que le sea reconocido un saber...