27/9/09

Cómo Fue que Llegué a Ser Peronista


¿Por qué en caso de ser es preferible ser peronista? Razones de mi vida para, en-caso-de-ser, ser-peronista. Aunque peronista no se es, se deviene (lo primero es el movimiento, el peronismo, nomadología-microfascista, es un delecismo contra sí mismo, en retirada: en fuga de sí. El peronismo no es un sistema, y la vida-no-fascista: un paraíso que se pierde, el de la noexistencia). Como se sabe por el acervo oral, el peronismo es inexorable: todos somos peronistas. El peronismo es general. Neoliberales, punks, frondizistas, depresistas-progre…todos. Otra razón de mi vida como estética existencial: sólo hay una cosa peor que ser peronista: ser gorila. Se deviene ratón o cucaracha; gorila se es. El peronismo gorila, como lo real, kinesis – cine cínico de la vida misma - está por fuera del principio de contradicción.
Hoy los payasos peronchos del marchandising editorial se agarran de los ruleros en sus blogs y sus columnillas ADÑ pagando las consecuencias de sus luqueos de cosmetología política. Por eso vamos a
explicar un poco como va la cosa en serio acá.






Hay una sola tradición literaria argentina. Se llama Borges. El resto no es literatura. Lo demás es periferia, y resistencia. Lo otro aún está por verse: es lo otro de Borges. La otra probable “tradición” goza de tanta negatividad como la que, en al campo de la política, tiene aquella que no es peronista. Porque hay una sola tradición política en la Argentina. El peronismo se llama. La literatura, escribió un émulo de O. Lamborghini de mi barrio una década atrás, cuando apenas despuntaban las web pages e inexistían los bloggers y las antologías de peronismo adolescente, la literatura: es antiperonismo. El peronismo gorila, o sea lo ominoso criollo, la Spaltung aborigen, lo real acá, o el malestar en la literatura. Al modo Wittgenstein, lo único que no queda por fuera de la lógica es la tautología. Que A ≠ A, que A no esté siendo A, es el resto. La otra (tradición) no es tradición; es traición. Se llama Silvio Astier o Arlt y llega hasta los enunciados de Deleuze (un escritor argentino) (conceptor de la escritura-traición) o las rencillas del entramado paranoico de Literal. La lealtad, en el campo de la literatura, Borges, insistir, se llama. El barroco cultiva lo imposible. El oxímoron – peronismo gorila - o la traición literaria argentina. Aunque no falsable, una hipótesis.


Partiendo de la base de que en Francia todo es decontrucción y en la Argentina todo es peronismo (una aserción del capocomico Tabarovsky), es como se altera el dualismo derridiano entre metafísica y escritura por: escritura y peronismo. Donde metafísica y mística (algo que podría hipotizarse como un saldo pampeano dejado por M. Fernández) son dos términos que – desde dos ángulos distintos o no – permiten ver lo mismo. Dentro de este conjunto (el Mundo) (Argentino), es cierto: todos somos peronistas: socialistas comunistas conservadores radicales perversos neuróticos esquizos. Al peronismo se le puede aplicar un operativo parejo al que bocetó Nietzsche para con la metafísica. El Peronismo Invertido es Peronismo Invertido. Queda por elucidar si el nirvana (o algo que Heidegger llamaba Gelassenheit) o la locura (deja entender Heidegger – en “Nietzsche” - que puede haber una especie de correlato entre el intento conceptual de superar la metafísica de Nietzsche y su destino existencial) (y cierto: Foucault era un poco más peronista que Deleuze; de hecho tantos delecianos nacionales decantan en la patafísica como fucoltianos locales en el pero…). Hay peronismo zen (el zen nacional) y peronismo anedípico (nazianal-popular).

Por lo tanto (o no por lo tanto):

Hipótesis metafísica: soy peronista porque es inexorable (se desprende de la sentencia del Perón-Oral).

Hipótesis estética: el peronismo culinario, o como gusto o indumentaria: Argumento: El peronismo es un asco. Pero sólo hay una cosa peor que ser peronista: ser gorila. (con principio de tercero excluido) (destino trágico del ser nacional: en esto – internalismo - no hay tercera posición).


Finalmente, el peronismo epicúreo.

La razón epicúrea de la vida peronista no es menos conocida: nunca me metí en política; siempre fui peronista. El peronista epicúreo - fijado por Soriano - es el peronista por omisión. Negligente. - Yo epicúreo. Hay un peronismo para la Hélade y un peronismo-para-sí-mismo. Probablemente haya un peronismo en sí y un peronismo para sí. Un peronismo jegueliano y un peronismo subjetivista o védico (Juan Domingo Schopenhauer).

Del ramo es el peronismo gombrovichiano: irresponsable. Como resistencia al peronismo neosartreano, no invoca en sus decisiones o fanfarronerías ningún tipo de compromiso; boquea y articula los desencadenamientos del infantilismo y la inferioridad; al peronista gombrovichiano no le importa la cultura ni la cultura peronista, sino nuestras relaciones con la cultura peronista: el peronismo cultural como un desvío de la mirada hacia el muslo, gusto por lo bajo o seducción de la barbarie. Civilización o barbarie, escritura o metafísica, literatura o peronismo. Y pobres de todos aquellos que (al revés de Diógenes) son, como dijo uno una vez, los perros de sus ideas, los peronistas serios.

Y por si falta algo el peronismo ayoico; manera de un peronismo sin sique.

Peronismo es subjetividad sin sujeto, línea de fuga de la individuación y la identidad personal. Peronismo identidade pessoal. Peronismo es todoposibilidad. Tener opiniones es estar vendido a sí mismo. No tener opiniones es existir. Tener todas las opiniones es ser peronista. Como suele señalar Aira, los ejemplos sobran. En este caso, están en todas partes, hacen patria.





-La vulgaridad es un lujo-

Susvín... rompió


Foro fáustico-Kitsch de miseria a la filosofía, viveza epistemológica, patafísica nacional popular, metafísica nazianal pop, crítica en estado clínico, antipsicoanálisis en pantuflas, boludeces con criterio empirista de significado cognoscitivo, dadaísmo tragicómico, popestructuralismo de protesta, poemas platónicos, deconstruccionismo chabón, tango rolinga, paranoia ontoteológica, solipsismo de izquierda, falogocentrismo a martillazos, martillazos al falogocentrismo, esquizoanálisis microfascista, fenomenologías del transmundo, freudomarxismo new age, pragmatismo del reviente, pensamiento poco, yoísmo ayoico al pedo, hedonismo allende el principio del placer, diogenismo del doble discurso, cristianismo con Sade, say no more sin Tractatus, partuza del pensamiento abstracto, vitalismo funebrero, antifilosofía antipoética, surrealismo silogístico, peronismo gorila, menemismo progre, palo a la argentinidad y argentinidad al palo, rocanrol ello, existencialismo menefrego, hegelismo anarcodeseante, cross en la mandíbula a Kant.




Un idiota que reclama que le sea reconocido un saber...