30/5/12

Vida y obra de Nario Narváez (extracto)



"Sin embargo,
ni siquiera la más "pura"
 intención artística
 escapa completamente
 de la sociología"…


Deslumbrado por la idea del “escritor sin público” (D. Tabarovsky, Literatura de Izquierda) N.N. albergaba en su corazón un grande proyecto: NO SER RECONOCIDO. Este proyecto antisocial lo condujo al fracaso de su proyecto creativo, que incluía en su haber un par de nouvelles, unos cuantos cuentos y varios cuadernos de poemas y anotaciones metaliterarias. Por mala que sea una literatura, estrafalaria o anacrónica, naïf  o anómala, kitsch o bruta, su no-consagración jamás es segura e inexorable. Tampoco basta con no-delegarle al amigo más fiel (¡y menos al menos!) la incineración de la obra, ya que no basta con escribir para ser reconocido como escritor y hasta es posible serlo sin que nadie por completo conozca la obra, incluso sin haber escrito jamás obra alguna. El reconocimiento llega de parte de los otros como un gigantesco dedo condenatorio y repentino que un día ex nihilo lo señala: ¡Vos!... ¡Vos sois el más grande escritor del barrio! N.N. había abandonado el fracaso autoinducido por considerarlo una forma típica del exitismo estándar de malditos y póstumos quemando su obra completa entre los yuyales secos del jardín de su abuela, creyendo que de esa forma se aseguraba el éxito de su proyecto –decirlo así, metaliterario, o peor: antiartístico- (“NO SER RECONOCIDO”). No bastaba la “enucleación de la noción de ser, de la de identidad personal y la de continuidad histórico-personal”, el falso ideal borgeano de ser el hombre invisible, cómo desaparecer completamente, el arte de la fuga, en definitiva consecuencias características del destino social de la vida literaria. N.N. fue por más, puesto que no le interesaban ya la marginación, el rechazo y la indiferencia sociales, sino sus sucedáneos específicos del campo cultural. Por cierto que el virtuosismo del fracasar en vida de los escritores ya estaba todo agotado en los casos emblemáticos de un Pessoa o un Kafka, aunque el negocio del escritor secreto –“el secreto mejor guardado de la literatura del barrio”- siguió siempre funcionando como si nada. Para lograr su meta autística (que debemos en el caso entender siempre como contraartística) era menester el secreto pero en un sentido por completo cabal e indefinido, porque que alguien se enterara importaba un peligro fatal. Es bien claro: el proyecto como tal no tenía precedentes (al menos “reconocidos”), es decir que era puntualmente original; más aun: ¡era genial! Pero, evidentemente, de ser descubierta, esa genialidad hubiese conducido su proyecto de “irreconocimiento” al absoluto fracaso. De manera que N.N. decidió alejarse definitivamente de las sectas del autobombo-mutuo (capillas literarias), de los medios y de la academia intentando así excluirse de toda eventual legitimación posible. Alejarse de la intelligentzia todo lo que se pudiese y embrutecerse hasta decir basta. Hacerse pasar por un estúpido espontáneo, es decir sin remisión ninguna a Erasmo, Dostoievky, Gombrowicz, Recienvenido, Flaubert, el Quijote, ni ninguno de esos. Y créanme, créanme que lo había logrado, si bien nadie, nadie es dueño de su propia vida y menos que menos de su propia vida después de la vida. Siempre, en cualquier momento, pasadas incluso varias vidas, y sin que el favorecido lo note jamás, podemos descubrir de una vez los signos imperceptibles de la gracia. Todo iba bien hasta…


 (en “Para escapar de Pierre Bourdie”)




-La vulgaridad es un lujo-

Susvín... rompió


Foro fáustico-Kitsch de miseria a la filosofía, viveza epistemológica, patafísica nacional popular, metafísica nazianal pop, crítica en estado clínico, antipsicoanálisis en pantuflas, boludeces con criterio empirista de significado cognoscitivo, dadaísmo tragicómico, popestructuralismo de protesta, poemas platónicos, deconstruccionismo chabón, tango rolinga, paranoia ontoteológica, solipsismo de izquierda, falogocentrismo a martillazos, martillazos al falogocentrismo, esquizoanálisis microfascista, fenomenologías del transmundo, freudomarxismo new age, pragmatismo del reviente, pensamiento poco, yoísmo ayoico al pedo, hedonismo allende el principio del placer, diogenismo del doble discurso, cristianismo con Sade, say no more sin Tractatus, partuza del pensamiento abstracto, vitalismo funebrero, antifilosofía antipoética, surrealismo silogístico, peronismo gorila, menemismo progre, palo a la argentinidad y argentinidad al palo, rocanrol ello, existencialismo menefrego, hegelismo anarcodeseante, cross en la mandíbula a Kant.




Un idiota que reclama que le sea reconocido un saber...