1/6/12

Sobre el sentido de la frase "es un escándalo"


(Intervención del profesor P.)



En cuanto a la lengua muerta deleuziana si se sigue escribiendo a boca abierta pero empleada como un útil de la denegación más infantil apenas se siente amenaza o interpelación eventual por cualquier sentido suelto convertido en fantasma del éter ¿qué podríamos sobreañadir que prolifere avanzado sobre la tristeza de lo que es necesario y obvio a la vez? Pierre Menard, lo sabemos muy bien, es el autor de cualquier obra. Su “cuasi divina modestia” no sólo era capaz de todas las ideas, se especializaba en una forma de resignación irónica basada en la “transvaloración” autoinducida (…más tarde tampoco lo explicaré). En cuanto al llamado escándalo, propósito central de la actividad antifilosófica del cinismo antiguo –i. e. quinismo- vemos que sus condiciones contemporáneas son muy disparejas, lo que nos lleva a pensar en la naturaleza, por decir así, del “quinismo de la cultura” o “diogenismo del campo cultural (-intelectual-literario etc)” que hemos formulado. Evidentemente su última e improbable versión histórica fue el sinuoso èpater le bourgeois dentro de la esfera del mundo del arte, y se trata del gesto de un tiempo muerto que no parece poder volver. La burguesía –para el caso, sea lo que fuere- no se escandaliza más con las gesticulaciones del campo artístico por marginal que fuere sino que más bien las paga y promueve, o apenas si puede llegar a percibir cierto escozor con aquello que no puede ser aceptado por el campo cultural ni ser tenido por expresión artística; en cierto sentido la burguesía es impenetrable o más bien no existe, quedando en su relevo un gran público, el sentido común pequeño burgués que oficia de moral patrón cuyo campo de acción normal prefilosófico es el cinismo estándar; los escándalos acá son siempre más impostados que reales sean de cuño quínico o cínico sus efectores. Es al interior de los ¡heteróclitos! nichos culturales (hiere la palabra) donde pueden acontecer –aunque no donde se los señala y denuncia- modestos escándalos secretos: allí, donde la moral suele articular un papel de inversión especular respecto del exterior social general dominante- el “cinismo” –desde el punto de vista externo- puede devenir quinismo (de la cultura), revertir su carácter. En la siguiente entrega revelaremos aspectos descripcionales de ese cinismo que, al contrario, en su operatividad de campo, es un quinismo. No es al burgués al que hay que asustar, propone una propuesta, sino a su angélico doble de campo –qué importa quién es en vida- que se cobija en los valores estables de la cultura con expresar a viva voz lo contrario imaginándose que versa en el desierto o en el afuera animal del mundo. Son curiosos los accidentes que prodiga el hipotético poder haciendo aparecer el alma bella donde no tendría jamás cabida. No se trata en sí mismo como se imagina el biempensante a la defensiva de un experimentalismo microfascista, se trata –peor- de un ejercicio dentro de una dimensión actual-discursiva, lectural, lo que se experimenta en todo caso no es del orden de lo afectual-subjetivo. El quinismo cultural trabaja con las armas de su presunto enemigo, tergiversando dentro de un mundo interno de valores invertidos. En definitiva: cómo lo que es cinismo universal opera al contrario como quinismo en la cultura. Vemos que el mundo se complica; es –fatídico- lo siniestro, si tuviera un nombre. Lo quínico puede valer como cínico y viceversa, lo que en una esfera es tal cosa en otra tal otra; ese enrarecimiento puede ser el objeto de una “crítica de la razón quínica”, lo que no se trata de una simple impugnación sino de una exploración de sus condiciones de posibilidad. Si el microfascismo puede ser una experiencia, eso es algo que competerá a la etología ética; pero no se trata de la vida (fascista o no-fascista, filosófica o no) ni de una axiomática para la acción social sino de esa impolítica de los envíos-textales –lo contradiscursivo-, inciertos acaecimientos del ton el son y su sin. En el próximo brindis versaremos sobre la relación entre Tanguito y Javier Martínez o sobre la necesidad o no de disertar acerca de Brian Jones. Buen día. 
 



-La vulgaridad es un lujo-

Susvín... rompió


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Un idiota que reclama que le sea reconocido un saber...