
30/7/11
LEVE MEGALOMANÍA

16/7/11
NI PERUCAS NI GORILAS: ¡BIPOLARES!

Cuando los textos de X³
se hacen presentes, esperando la feliz indiferencia, a veces, al contrario,
entre los rictus de risa o pánico inmediatamente advienen el rechazo, el
malestar, la indignación, la mofa, la exasperación, y así y así. Surgen
preguntas. No tanto ¿quién podría haber escrito esto? Sino ¿quién lo publica?
¿Por qué? ¿Qué es? ¿Qué pretenden estos enfermos mentales? ¿Se trata de un loco
guiando a un loco? ¿Un bromista guiando a un loco? ¿Un loco a un bromista? ¿Es
uno? ¿Son muchos? ¿Es un experimento editorial-literario? ¿Una broma de mal
gusto? ¿Un documento de un caso de paranoia social aguda?... Siendo así se entiende que esto ocurra. ¿No
es esa incertidumbre –pregunta un optimista que pasa– la que se ha propuesto despertar cierta rama del arte
de vanguardia, por ejemplo? Si uno piensa en los anxious objets de Rosenberg, podría encontrarle un sentido afín a
este objeto textual, a esta operación editorial. ¿Podría tratarse de un intento
de comulgación literaria –escritural, al menos– del art brut
con el shock art? Podríamos
remitirnos a unos dos mil y pico de años atrás y reparar en Sócrates, ya que
estamos ante una pieza con connotaciones teoréticas. A Sócrates le llamaban átopos, sin lugar. El sin lugar,
extraño, absurdo. Un sujeto-instancia anómico, inefable, que sólo llevaba a
deparar anonadamiento. Efectivamente ¡es tan difícil no gustarle a nadie!...
que no parece haber manera y hay que apelar a cualquier recurso con tal de ser
excomulgado incluso por los autoproclamados “cualquieristas”, esa troupe bastante uniforme y ortodoxa en
su terquedad colectiva, que no parece estar dispuesta a admitir la menor
disidencia ni en clave de broma. Pero todo esto es demasiado, acá no hay nada
que justificar. Es como un “faul”, un foul,
un simple “ful” y por el gusto de hacerlo. Ni siquiera es en broma. Nada.
Pedimos indiferencia, la indiferencia que se debe tener ante un simple hecho. Hay que tener un proyecto
irresponsable.
***
La izquierda es una parte de la derecha.
¿Deja algún otro saldo que ése la sabiduría de El Antilíder? Una sabiduría inútil, espantosa. Pero no la del
espanto borgeano: ¡la del verdadero espanto separatista! La del que –como pedía
Zaratustra– se
va a
***
En El Antilíder, tercera obra de X³,
escrita con enorme justeza y mal agüero en los últimos meses de 2010, el
eventual panfletarismo paranoico-fascista –sea literal o literariedad–
parece periodizarse, politizarse, se pliega a la manida “politización” ambiente
que domina nuestros días, a su modo, siempre al calor de la lengua del enemigo,
en cierta forma uniéndose, no pudiendo contra ellos. Al contrario, el lema
esquizoide-nacional es siempre “al enemigo todo”; por eso El Antilíder no es una oda contra el verticalismo, ni se queda en
la denuncia de la fabulación colectiva y la mistificación propia del peronismo,
ora de izquierda o derecha. Sólo se propone seguir despoblando el desierto, y
por eso, por la negativa, que es el modo más sutilmente eficaz, se termina
coronando como un canto de alabanza de lo que a primera vista denuncia, el más
grande documento proselitista a favor del “Líder”, ofreciéndose como íntegro
martirologio del despropósito pleno en el exacto instante histórico en el que
prosperaban a granel las necrológicas. TN puede desaparecer. El Antilíder quiere.
6/7/11
Forma de contrarrestar un pedido de prólogo

Vega querido:
“Ne pleurez pas en public”. La escritura es la mujer, es la muerte, etcétera. Se
ha dicho. Suplente del habla, lengua del ausente, etcétera. El que escribe no
está, porque en el empeño por traer con la escritura lo que falta o lo ausente
o lo imposible, se borra en lo inestante y el objeto se hace la escritura
misma, lo que está. Cuando el solipsista escribe deja de serlo. La solipsista,
la escritura, absorbe al escribiente y a la escrita. Unida, pero llenando un
vacío con otro vacío. El que escribe va leyendo, escribe para leerse porque
escritura y lectura son lo mismo: diferencia en acto. La excusa de Ricardo
Zelarayán es irrefutable y bienvenida: “escribo
lo que quiero leer”. Basta uno para haber un mercado, es probable que
Héctor Libertella haya querido enseñar eso. Lo que se conoce como literatura
incluye en su concepto lo que se conoce como mercado, donde su sistema de
valores y mercancías no se articulan necesariamente en la medida monetaria.
Escribir para leerse, bien. Pero ¿publicar?
El medio editorial argentino trae hordas
de escritores que hablan de “lo nuevo”, otros del “presente”, y otros que dicen
que la literatura es un tiempo que pasó y que los escritores están todos
muertos. Repiten lo nuevo, retrasan el presente, se ponen la ropa que el occiso
dejó, recauchutada. Como se ve, son dos los anacronismos básicos: los que están
de moda, y los que no. C. Aira escribe: “La literatura ha muerto y yo soy la prueba
viviente. Mi contexto ya pasó”. S. Llach escribe: “Los
escritores están todos muertos. La literatura es cosa del pasado. Quien
entienda ese hecho social, entenderá mejor la época. La literatura ya no existe
más, sólo existen la escritura y la lectura masiva en Internet”.
J. Terranova escribe: “Yo busco eso, que
en verdad es una reescritura de una frase de Hegel: hay que animarse a ser
contemporáneo de uno mismo. La sola existencia en un entramado social no
determina que uno sea contemporáneo de uno mismo”. O. Coelho escribe: “el lector todavía sigue regido por una autonomía temporal y una historia privada que forma su gusto, y que probablemente acuda a un libro no para encontrar retazos de lenguajes mediáticos y actuales, sino para desalienarse de ese imaginario público y pasar a una dimensión en que las palabras significan y resuenan de modo diferente”. D. Tabarovsky escribe: “en el arte es
imposible llegar tarde”. Alberto Girri escribió: “Sólo se es en profundidad contemporáneo al sumergirse en la
contemporaneidad con la distancia del anacronismo”.
Se sabe bien que el (¡aj!) “sistema
literario argentino” –una entidad quimérica que viene a ser la cruza del
“Odradek” de Kafka con el “Aparato de Duhalde”– tiene el culo atravesado por un koan introducido por Osvaldo Lamborgini. Éste habla de publicar sin
escribir. Es cierto que si uno mismo ya es su propio mercado, escribir ya viene
a ser publicar. La pantalla del Word puede ser el ejemplar escenario de esta
epifanía. Todo usuario de Word, como mínimo, ya publica para sí e incluso sin
necesidad de ninguna preexistencia manuscrita. El e-mail –lo que en nuestra
protohistoria llamábamos carta– viene a ser el segundo grado en todo esto, la segunda
expresión mínima de un mercado, el límite inferior de un público. La literatura
de hecho suele entenderse como un sistema epistolar desquiciado, descabezado,
al garete, donde la misiva no se sabe bien de quién viene ni a quién va
dirigida, ni de dónde o cuándo. A todo esto, mucho más ajustado que evocar que
“con el número dos nace la pena”, es
no olvidar que “todo va bien, hasta que
llegan los lectores”.
En los confines perdidosos del mundo no
importa que los templarios del objetivismo hayan perseverado por años para
condenar al arcón de los recuerdos al viejo neobarroco que combatía al
neorromanticismo, y sus obedientes hijos parricidas estén agregando otro post
al post-objetivismo. La fórmula de Gilles Deleuze era: “un enunciado es literario cuando lo asume un célibe que se adelanta a
las condiciones colectivas de enunciación”. Se conoce el caso de Hölderlin,
un autor de la antigüedad clásica que sin embargo escribió en el siglo XVIII;
pero sólo fue leído en el XX. En el caso de aquel autor borgeano ubicado en un
cuento del Jardín de los Senderos que se
Bifurcan, es probable que haya resultado innecesario aplicar el adagio de
Zelarayán: aquello que hubiere querido leer, podría no haberlo escrito. Pierre
Menard a lo mejor aceptaba que uno es su circunstancia, esa premisa de Borges.
Pero igual era el autor del Quijote.
El anacronismo deliberado –de hecho– es una técnica. El automático, una pasión. Se nace, y
el mundo es nuevo. En él, en el mundo, pleonasmo o paradoja, siempre habrá
algún lugar para un nuevo neorromántico.
“L'amour ne se confond pas avec la poésie.”
-La vulgaridad es un lujo-
Susvín... rompió
-
Apuntes arbitrarios sobre la banda rojaHace 5 semanas.
-
2 fase chau a la ilusionHace 2 meses.
-
-
El grafo de D10sHace 3 meses.
-
-
TOMÁS ABRAHAM. SEMINARIO DE POSGRADO 2025 UNTREFHace 9 meses.
-
-
94. contra la cosaHace 6 años.
-
Talleres de escritura 2018Hace 7 años.
-
El cangrejero, de Javier FernándezHace 9 años.
-
Sobre Osvaldo Guariglia (1938-2016)Hace 9 años.
-
TOUR PERFÓRMATAHace 10 años.
-
-
¡Laiseca narrando en vivo!Hace 11 años.
-
-
Efecto mosaicoHace 12 años.
-
-
Tres letrasHace 14 años.
-
Último gol del Lucho FigueroaHace 14 años.
-
quise decir: ESTOICOHace 14 años.
-
-
-
-
Junio 7, 1982Hace 16 años.
-
La moda AuschwitzHace 16 años.
-
-
-
-
-
Un idiota que reclama que le sea reconocido un saber...
[es pan de ayer]
-
►
2012
(18)
- noviembre (1)
- octubre (1)
- septiembre (1)
- agosto (2)
- julio (2)
- junio (3)
- mayo (4)
- abril (1)
- marzo (2)
- enero (1)
-
▼
2011
(81)
- noviembre (3)
- octubre (1)
- septiembre (2)
- agosto (11)
- julio (7)
- junio (9)
- mayo (6)
- abril (13)
- marzo (13)
- febrero (5)
- enero (11)
-
►
2010
(133)
- diciembre (16)
- noviembre (4)
- octubre (3)
- septiembre (14)
- agosto (10)
- julio (26)
- junio (18)
- mayo (19)
- abril (16)
- marzo (7)
-
►
2009
(317)
- diciembre (2)
- noviembre (14)
- octubre (17)
- septiembre (23)
- agosto (26)
- julio (26)
- junio (22)
- mayo (23)
- abril (32)
- marzo (80)
- febrero (29)
- enero (23)
-
►
2008
(166)
- diciembre (17)
- noviembre (22)
- octubre (31)
- septiembre (30)
- agosto (12)
- julio (16)
- junio (13)
- mayo (5)
- abril (5)
- marzo (6)
- febrero (6)
- enero (3)


