31/10/08

Yo Quiero Ser Una Chica Peronista



(Peronismo “ser no more”)

[o “soy no more”]





La otra noche en mis paseos habituales de fin de semana con mi grupo comando de pelotudos treintones piterpanistas (ahora el poder nos nombra así) – cuando somos tres nos llamanos Curly Larry y Moe (ver foto); cuando falla el casado somos la dupla Mingo y Aníbal – volvimos a un barcito de la calle Maipú que solía estar habitado por una clásica pendejada linealmente rosarina; esos profesionales de la juventud ortodoxa que después se convierten en profesionales de la paternidad, engordan y cambian de hábitos e idearios; o sea no cambian nunca: siguen la carrera de la edad – perdón Quevedo – trazada para su clase: la de todos ya. Un barcito donde solía haber fiestas de disfraces de esas bien rosarinas a las que ni la primera minoría asiste disfrazada. Donde uno se encuentra con de qué signo sos y todo el ritual de la imbecilidad feliz de nuestro pueblo. Pero oh sorpresa, esta vez el barcito estaba enrarecido; estaba cambiado: efectos de la vieja transversalidad: ¿el transvestismo K? Pues esta vez estaba ganado por el público clase B rosarino. La contracultura. El 49 % según un abuso de las estadísticas. Y sin embargo, en el ejercicio de nuestro otear buscón de oportunidades galantes, no nos tocó cruzarnos – como toda la vida – con sicólogas estudiantes de artes o comunicación si no con una PERONISTA. Algo que jamás me había ocurrido en los 90. Si, era una peronista embarazada sin padre para el futuro compañerito. ¡Qué metáfora peronista! Porque el peronismo – después del 74 – es una guachesca, la guachesca nacional, un embarazo con padre ido. Una peronista de base. Base militante no cosmética. Qué hermoso. Qué hermosa oportunidad. Qué hermosa oportunidad para mí, un gorila albino como yo. Un autoexcluido de la gorilicidad. Yo me hice en tango porque el tango es macho, jipi porque “ahora no pero de chiquito qué putito que era” (David Lebon, 1977), y peronista por ser la oveja negra de una familia de gorilas estructurales. Por estar siendo siempre el otro del otro. Del… ¡Qué bello encuentro! En el Berlín noventista uno encontraba chabonas piojistas, futuras damas clínicas que leían Freud-fotocopiado, chicas artistas y chicas dark de luto contracultural full time. Pero peronistas… no sé donde estaban. Eran endogámicas calculo. Yo soy peronista por infalibilidad, por lo mismo por lo que estoy vivo. Porque la vida es inexorable – una antigua tesis mía derivada del inexistencialismo local -; y porque peronistas somos todos. Y porque 2) cómo nunca me metí en política… ergo sum peronista, ¿no? Primero está el movimiento pero el peronismo, como todo jeguelato, braga digo brega por la detención del movimiento: escalafona a Heráclito: porque el panta rei originario llevado al extremo conduce a A desigual A más que a Perón Perón. Soy esquizoperonista; esto es un peronismo más allá del principio de identidad: peronista macedoniano me llamo: porque si no hay yo ni hay ser ni hay nada mal puedo ser peronista; salvo por el detalle totalitario: porque peronistas somos todos. Peronista ayoico. En fin, tuve que explicarme: lo mío es un peronismo de la vida. Lo mío no es un peronismo político; yo soy hombre de Diógenes. Vendepatria no; pero ápolis sí. Lo mío es un peronismo ético, y más: un peronismo estético; un microperonismo: un peronismo de la vida cotidiana, de las costumbres. El peronismo como una forma del cuidado de sí. Un autoestado de bienestar. Más en la incultura que en la cultura en mi caso – hombre de los caños, como el can citado o el Trinche de Tablada -. Soy bipo, bipolar; pero el pero; nismo: es bastante así, montoisabelista, neoliberal K. Lo mío es un oportunismo inoportuno y un pragmatismo inconducente. Cuando yo nací – “yo nací” – (1974) Perón murió le dije a la Morocha Argentina y preñada. Yo también nací sin Padre. Yo le dije que “jamás seré vandorista”, y que lo que hay desde el 74 a hoy – o sea mí segmento de vida bajo la hipotización inmacedoniana de que “yo nací” o yo nazi – no puede ser más que vandorismo; o sea: peronismo sin Perón: un despropósito o una utopía. No me dijo como me dijo un vez en Zeppelin una resentida sicobolche: “vos estás atravesado por discursos etcétera”; me dijo cuando nos despedíamos:



- Vos no sos peronista.



Ser no soy.



-La vulgaridad es un lujo-

Susvín... rompió


Foro fáustico-Kitsch de miseria a la filosofía, viveza epistemológica, patafísica nacional popular, metafísica nazianal pop, crítica en estado clínico, antipsicoanálisis en pantuflas, boludeces con criterio empirista de significado cognoscitivo, dadaísmo tragicómico, popestructuralismo de protesta, poemas platónicos, deconstruccionismo chabón, tango rolinga, paranoia ontoteológica, solipsismo de izquierda, falogocentrismo a martillazos, martillazos al falogocentrismo, esquizoanálisis microfascista, fenomenologías del transmundo, freudomarxismo new age, pragmatismo del reviente, pensamiento poco, yoísmo ayoico al pedo, hedonismo allende el principio del placer, diogenismo del doble discurso, cristianismo con Sade, say no more sin Tractatus, partuza del pensamiento abstracto, vitalismo funebrero, antifilosofía antipoética, surrealismo silogístico, peronismo gorila, menemismo progre, palo a la argentinidad y argentinidad al palo, rocanrol ello, existencialismo menefrego, hegelismo anarcodeseante, cross en la mandíbula a Kant.




Un idiota que reclama que le sea reconocido un saber...