7/10/07

Un Infiltrado en la Familia



(¡Viva la Poesía!… Y el Festival de Rosario)





Después de 15 años de festival de poesía por fin me decido a ir este sábado el día de cierre. Veo 3 o 4 conocidos de cuando solía tener cierta vida social. Trato de mirar para otro lado cuando los veo avecinarse, trato de andar por la sombra. La crema del culturismo rosarino y sus aliados y festejantes pululan en el Centro Cultural de la peatonal. Voy a echarles un vistazo más que nada.



Nunca me querrán. O sí.



Yo los contemplo.



Nomás.



A mi parecer el concepto de escritura es el siguiente. Es actoral. Dramatúrgico. Entienden que ser un escritor es ser un sujeto que se pone en escena. Pero no se trata del mito personal, porque por lo que parece en la mayoría de los casos, estos sujetos bastante ignotos fuera del gremio no tienen un halo mítico muy luminoso ni lo quieren. Son gente muy civil y muy melancólica. Rechazan el neón de la cultura, rechazan lo popular, lo genial, lo grandilocuente, lo masivo, el trabajo que dan la larga prosa y el romper los contratos; eligen un chiquitismo y una especie de impostación melancólico-humanitaria permanente. No salen a actuar afuera de la escritura, en el free time de la vida donde uno debe solventar su chapa. Escriben (no en todos los casos) para actuar la escritura. Son vocalistas. Escriben una obra legible y por la voz. Una continuación de la cara. Y la camisa. Tienen un mayor o menor talento declamatorio y en ello va casi todo el texto. Con viejos yeites, conocidas técnicas que un viejo lector ya viene cansando desde la adolescencia, ellos (con mayor o menor oportunidad y talento) hacen su mundo. Son intérpretes de un texto ya consentido, trabajan un consenso demasiado firme; entienden que entre poema y poema el elemento medianero es el aplauso. ¿Pero no es una obscenidad aplaudir un poema? Son artistas de festival, y son héroes de la indignación mundial. Son señores – y señoras – con vocación por lucir la etiqueta social del ángel; son gremialistas, forman una hermandad universal, son mártires del poema al borde de la canonización. Son buenos padres. Saben su truco muy bien, prevén perfectamente la risa y la aflicción colectivas que puede deparar ipso facto el verso justo. Perdón: minicolectivas, micro. Ellos sienten que (como Marx pudo decir que la esencia y el dios del judío era el dinero) ser poetas es realizarse en pequeños festivales de su mundo progresista, simpático, compungido y piadoso. Son… burgueses.




Cuando salí no me quedaba opción. Fui tras una turra callejera de las de calle Mendoza, por un service de urgencia. Para volver a tener un cuerpo en serio.



No estoy en contra del mundo. No crean que los odio. Va con onda, como diría Aristóteles.



Mario Martök






-La vulgaridad es un lujo-

Susvín... rompió


Foro fáustico-Kitsch de miseria a la filosofía, viveza epistemológica, patafísica nacional popular, metafísica nazianal pop, crítica en estado clínico, antipsicoanálisis en pantuflas, boludeces con criterio empirista de significado cognoscitivo, dadaísmo tragicómico, popestructuralismo de protesta, poemas platónicos, deconstruccionismo chabón, tango rolinga, paranoia ontoteológica, solipsismo de izquierda, falogocentrismo a martillazos, martillazos al falogocentrismo, esquizoanálisis microfascista, fenomenologías del transmundo, freudomarxismo new age, pragmatismo del reviente, pensamiento poco, yoísmo ayoico al pedo, hedonismo allende el principio del placer, diogenismo del doble discurso, cristianismo con Sade, say no more sin Tractatus, partuza del pensamiento abstracto, vitalismo funebrero, antifilosofía antipoética, surrealismo silogístico, peronismo gorila, menemismo progre, palo a la argentinidad y argentinidad al palo, rocanrol ello, existencialismo menefrego, hegelismo anarcodeseante, cross en la mandíbula a Kant.




Un idiota que reclama que le sea reconocido un saber...