17/5/09

Tengo un Vicio: Escuchar MP3s de Litto Nebbia Mientras Duermo









Si, es cierto. Y hay que admitir que si no pude nunca llegar a ser original como artista, lo logré bastante con mis vicios. No conozco a nadie con esta patología. Dormir con música sí. En mi caso lo importante es, no sólo sugestionar al sueño, adecuar al organismo con una última experiencia de vigilia que favorezca el tránsito en el cambio de estado. La percepción de la música a esa hora y en ese trance, per me al menos, es sumamente intensa: a la vez lúcida y emotiva. No hay lugar para la histeria del fan ni para la indiferencia del escucha de hotel, “la música funcional”, o de ese escucha diurno, el arquetipo del que pone música de fondo. Y cuando la cosa es con auriculares es aun más ineludible. No sólo es más fácil conjeturar un intervalo o discriminar una corchea con puntillo de una negra. También – lo que es mejor – se activa algo del orden de lo que mi tía llama “la inteligencia emocional”, si es que a esto se refiere. Pero me interesa – interesaría – el cómo opera la música bajo el hecho en acto del dormir y el sueño, y lo mejor de todo: los pequeños despertares que hay en medio de la noche (si es que es noche), y las audiciones en estados intermedios entre supuesto sueño y presunta vigilia. Una lucidez y agudeza huidiza y olvidable que muy pocas veces ocurre a las 4 de la tarde. Es un proyecto hedonista y altruista: generoso en todo sentido, porque lo que busco en esa busca de percepción especial es una fruición privada adosada a una voluntad de plausibilidad, de felicitación de texto obra y artista. Quiero creer en esa música. Ahora: ¿por qué Litto Nebbia se convirtió en mi preferido en esta instancia? Difícil de explicarlo y entenderlo. Por qué se impuso sobre Pink Floyd, sobre John Cage, sobre Satie, sobre Soda Stereo, sobre Los Twist, sobre Dino Saluzzi, Juanjo Domínguez, Spinetta o García Lange, Leguizamón o Ramírez, Salgán o Troilo-Grela, Harrison o Haendel, Jamiroquay o Red Hot Chilli Pepers, Prince o Andy Summer, Richard Bona o Norah Jones, Jarret o Café de Mar, Django Reinhardt Salinas o Stanley Jordan, Grapelli o Teté Montoliú (tres cosas: o me gusta que crean que soy culto o que soy amplio y plural o me gusta este invento tan manoseado de Rabelais), el MP3 de música cubana o el de música iraní, Michel Chion o Ligeti, Terry Riley o “Gritos y Susurros de las Vanguardias”, Vitale-Baraj-González o Los Abuelos de la Nada, Cumbo o The Rollings Stones, Luciani y la Tropa o George Benson, Pascoal o Les Luthiers, Evans o Coltraine, Laurie Anderson o Keith Richard, Lennon o Los Palmeras, Madonna o Tomatito, Color Humano o Silvina Garré, The musik of Friederich Nietzsche o María García, Ellington o Ravel, Hernán Navarro o GIT, Heavy Tuba y John Sass o Joan Manuel Serrat, Debussy o José Cura, Rada o Virus, Bobby Mc Ferrin o Joan Gilberto, Gotan Proyect o Vadalá, Metheny o Martirio, Sandro o Syd Barret. Charlo Hugo del Carril Riff Coniglio Band o el murmullo del inodoro. En fin, por citar algunos al calor del azar. ¿Por qué? Un tonto o un genio, ambos son originales. No sé bien qué es la música de L.N. pero original es seguro. Tiene cierta complejidad y cierta data pero también un desparpajo de improvisación y arreglería entre estrafalaria y de ikebana. Creo que sé lo que es. Igual se lo voy a preguntar a Fito Páez, que toca mejor el piano que yo que nunca tuve ni un Casio ni ganas de estudiar nada. Es que Spinetta y García son músicas que cierran, cierran demasiado. Timbre e intensidad, pedales y montajes, consuelos de consola. Incluso en las letras. Hasta en sus recursos al capricho al facilismo o al delirio y el pifie, todo eso y cierran. Como un clásico. Son un Poe, un Borges un Pizarnik. Un Freud. O como un obseso. Pero a éste Nebbia parece que no le importa nada, llena de garabatos, anota versos, se manda al piano sin fin, corta y pega al tanteo o no sé, si bueno o malo, si lo prefiero despierto o dormido. Y a riesgo de perder el agotable sex appeal que me quedaba. Pero sí, cuando viene ella pongo Cerati.

Litto es “mi vicio”.












-La vulgaridad es un lujo-

Susvín... rompió


Foro fáustico-Kitsch de miseria a la filosofía, viveza epistemológica, patafísica nacional popular, metafísica nazianal pop, crítica en estado clínico, antipsicoanálisis en pantuflas, boludeces con criterio empirista de significado cognoscitivo, dadaísmo tragicómico, popestructuralismo de protesta, poemas platónicos, deconstruccionismo chabón, tango rolinga, paranoia ontoteológica, solipsismo de izquierda, falogocentrismo a martillazos, martillazos al falogocentrismo, esquizoanálisis microfascista, fenomenologías del transmundo, freudomarxismo new age, pragmatismo del reviente, pensamiento poco, yoísmo ayoico al pedo, hedonismo allende el principio del placer, diogenismo del doble discurso, cristianismo con Sade, say no more sin Tractatus, partuza del pensamiento abstracto, vitalismo funebrero, antifilosofía antipoética, surrealismo silogístico, peronismo gorila, menemismo progre, palo a la argentinidad y argentinidad al palo, rocanrol ello, existencialismo menefrego, hegelismo anarcodeseante, cross en la mandíbula a Kant.




Un idiota que reclama que le sea reconocido un saber...