
En el campo de la filosofía… ¡nada! La filosofía no es un campo. La filosofía es el desierto, pampa. La sojización universitaria conduce a la infertilidad total. Zizek: te digo, en filosofía es preferible ser un yuppie que un nerd una nena boba que no sabe bailar o un funcionario que cuenta chistes, como vos.
Quería decirlo.
Tomás Abraham, posmoprofeta mediático autóctono, aborrecido por abogados con erudición de zapping y suplementos de “La Nación”, taxi boys formados por la universidad de Radio 10 y el Multisabecosas y J.T.Pes adolescentes que no pasan de Borges para principiantes, en confluencia con Deleuze establece la lista negra de “los enemigos del pensamiento”: 1) el miedo, 2) la claridad, 3) el poder, 4) el gran asco.
Las pequeñas grandes miserias y secretitos de la vida cotidiana y compartida, la gran revelación de quien descubre las mascaradas mundiales y colectivas y se consagra a una vida de eterna denuncia resentida, el pánico a perder el socuchito que se consiguió para hacer pie en la tierra, la pura máquina de guerra y reviente. Si la vida es jegueliana es porque se lucha por la penosa esclavitud con el nombre de la espinosa libertad; por el reconocimiento se desviven amos y esclavos: hoy vos el jueves yo. Si hay algo que parece dominar a la forma humana es, eso que –acaso – asqueaba a Nietzsche: el resentimiento: lo que logramos los resentidos es que quedes resentido de nosotros. Cosas que merodeaba Deleuze en su libro sobre Herr Zaratustra – como lo llamaba Jorgito el Tímido -. El pensamiento va contra eso pero también con eso. Hay dos cosas que el pensamiento de la hilacha y la muestra debe saber de vez en cuando mostrar para no quedar en el papel de un santurrón pedagogo que pone la facha para sacar el corpo: se llaman nopodermiento e impensamiento. El concepto de “nopodermiento” se lo debemos a Witoldo, y hay que empezar a buscarlo en “Ferdydurke”. El otro, puntualmente el de “impensamiento mucho”, al otro genio antifilosófico que duraba por Buenos Aires por entonces, M.F.
Es probable que un Personaje Conceptual salga a la calle a matar gente o muñecos autómatas, nunca se sabe como termina una novela. La filosofía, el pensamiento, no son para nerds. Son para cualquiera. La filosofía, como dijo Kafka de la literatura, es también más cosa del pueblo que de historiadores y estetas. El pensamiento está en otra parte; en los blogs se trabaja con su lastre: la lengua del ausente, del enemigo. ¿Queda claro?... ¿O tendré que golpearlos de nuevo?