(Alain Badiou, “Circunstancias”, Libros del Zorzal, Bs. As, 2003)
El tema del cinismo está de moda. Gente como Badiou o Zizek, delincuentes legales vinculados al tráfico internacional y oficial de filosofemas, patronos del malestar académico y decanos de la ambivalencia ontológica, anticapitalistas sin otro prontuario que un currículum académico virtuoso, se dedican a asustar adolescentes e inspirar plagiarios conferenciantes con este asunto: la denuncia del cinismo. Terreno ominoso el del “cinismo”, donde todo puede devenir su contrario u otra cosa, o ya estar siéndolo. El tema es una nimiedad. El cinismo es nimio; y no de Anquín. Es como la palabra “nimio”, significa dos cosas contrarias, como ocurría en las lenguas antiguas tribales que Freud descubrió en los libros de los antropólogos de aquel entonces, que le brindaron sus servicios desinteresados para la elaboración de su gran “descubrimiento”, la teoría de la omnipresencia del inconciente. El cinismo antiguo, perruno, contra el cinismo moderno y capitalista; lobuno. El perro-lobo del hombre.
Badiou descubre en el estado actual de cosas del mundo un personaje macedoniano extraliterario: el Excluido Anónimo. El excluido anónimo es una continuación omisa de la barbarie; en vez de ser un bárbaro no existe. Es un inexistente no increado; creado. Creado por el capitalismo. La “civilización” anotó Alain Badiou son los “pequeños y grandes burgueses de las ciudades imperiales”. Los “excluidos anónimos” son “lo que no tiene nombre”. La civilización está implicada de una forma se diría activa con una gran “síntesis disyuntiva de dos nihilismos”: Bush y Darth Vader… digo Bin Laden. Bin Laden & EE.UU. Esto es – cita -: el mundo nihilista del dinero, poder ciego, rivalidad cínica, oro oculto de las materias primas, desprecio absoluto de la vida común de las personas, de la arrogancia de una certeza de sí fundada en el vacío. El mundo es una gran Masshedoña, no es un mundo. No hay mundo, sino una Tlön de la Mercancía. Sólo situaciones singulares e inconexas, dice: y Mercado: un mundo que no es un mundo. “La tarea de la filosofía es acoger en el pensamiento todo lo que se mantiene fuera de esta síntesis” anotó Badiou. Especular y emancipar. ¡Acoger que se viene el fin del mundo!
De onda amigos badiuístas… me gusta Badiou. Un alma bella. Lástima que se dedique a pensar siempre contra los otros. ¡Platón, Platón!
