4/4/08

El Solipsismo-de-Izquierda en el Campo de la Literatura


(Clase sobre “Literatura de Izquierda” de Damián Tabarovsky)



Del simpúblico al simlector: el Escritor-Solipsista - ¿El Diablo es el Lector o el Lenguaje? - ¿Escribir para un noúmeno?: academia, mercado, e intemperie – Literatura: Descartes del Genio Malo - Cervantismo de izquierda: Menard: muñón & regreso – No la “comunidad inoperante”: el lugar del Boludo-que-no-Levanta-Minas – El Übermensch: ¿ágrafo o escritor fracasado? – “El lenguaje”: una mercadería académica – Papeles de un inoperante común: el microfascismo contra sí mismo – La izquierda: una dificultad del facilismo -


Entonces, qué es imposible
¿la literatura, la exterioridad o la Argentina?





¿Habrá visto alguna vez Damián Tabarovsky al “escritor sin público”? ¿En donde: el Borda? Ahí deben vivir, deben de vivir mejor dicho junto con esos otros nunca vistos tal como llamaban Deleuze y Guattari al esquizofrénico de sus memorables loas. A puertas cerradas: el Diablo es el Lector no los Demás; los demás no existen. Era Wittgenstein – un pensador naif – el que creo que dijo que los solipsistas no tenían derecho a escribir. No dijo derecho probablemente pero queda mejor, y lo podría haber dicho cualquiera. Vamos a postular acá el límite extremo del “escritor sin público”: el escritor solipsista. Escribimos para él. Y bregamos a continuación por ponerlo de moda, ya que en el “campo de la literatura” el fin de la historia como mucho ha hecho que la literatura se revele como historicidad pura, como dice D.T., como “cultura”, como decantación de una lucha de mafias y corporaciones, como pura gregariedad recoleta, a manos siempre de un grupo de oligarcas, patrones de estancia, monopolizadores de seis o siete cátedras, de suplementos de diarios, de revistas grupales, y alianzas de editores-talleristas. ¿Y qué iba a ser si no? ¿Una telepatía por generación espontánea colgando en el éter? ¿Queda algún agujero negro en ese universo que no sea pavimentado o pavimentable por el Geist de la Academiamercado, Mercadoacademia? ¿Hay una longitud entre el sin público y el sin lector? ¿Es posible un no-show afuera del solipsismo, del no-you? Esto va ir dedicado entonces al Genio Maligno. La literatura – o sea la escritura – es un Método contra o a favor del Genio Malo. El mercado dice Tabarovsky piensa en el universo del Libro. La academia en el del Texto. Si todo es mercadoacademia entonces el asunto es: Solipsismo o Escuela. O el solipsismo o libros de textos. El gran todo mercado-academia se caracteriza por convertir todo lo nuevo en valor de cambio y uso – respectivamente -; en el desaforado consumo y usufructo de lo nuevo; es el orden. El cambio y lo nuevo no pueden existir porque son la tradición; sobreviven como deseo y pulsión: “el deseo loco de cambio”. Incluso el Libro para Sí Mismo como decía quizá el Único Escritor Mezzosolipsista de Verdad, es, escribir para sí mismo, escribir para el mi-mercado. Es lo que nosotros (los Solipsistas Federados de la República Solipsista de la Sexta) llamamos un par de años antes de que existiera el libro de D.T “el solipsismo de izquierda”. Pero nosotros (usamos plural mayestático porque somos solipsistas pero humildes)… ¡sí no teníamos público! La primera conclusión que hay que sacar se la dejamos al otro al Genio Malo: el Escritor Solipsista es en realidad un Genio Malo. Es malo: perogrullada necesaria: un escritor no tiene público porque es malo; es una garcha. Fusionamos entonces ahora a Berkeley con Lautréamont. Podemos aceptar que el Escritor Solipsista escriba; ¡pero que publique! ¿El Editor Solipsista? Ahí se convierte en el Solipsista Maldito. No lo leen… pero lo ¿maldicen? El ideal es lindo: escribir para la intemperie. Para ese afuera que narra T.. Pero a T., que más bien escribe para los lectores de Aira que van más rápido que Aira mismo escribiendo, para los lectores de Viterbo, de Nación Apache, de ¡Sudamericana!, de Perfil, de ese nutrido ingente nopúblico ¿cómo podemos creerle esa boutade de “Literatura de Izquierda”! ¡Tabarovsky escribe bien! Si la tradición es lo nuevo como dice D.T. el deseo loco de cambio debe ir a por lo viejo ¿o no? El verdadero deseo loco es Pierre Menard. Pierre Menard es la mano izquierda de Cervantes. Reescribe a Cervantes con la izquierda, o con su ausencia: con el muñón. Muñón y regreso. El verdadero escritor de izquierda es el escritor solipsista porque no existe. La izquieda no existe: la lengua es cervantina. El lenguaje no existe le contestamos a Tabarovsky, la literatura, al revés de lo que algún vienés dijo es la ausencia del lenguaje. Despotricar contra la academia es la academia, basta pensar en la editorial en la que publica D.T. para entenderlo. D.T. debió inventar, en su loco deseo, otra palabra, o una seña alguna marca, no sé, no “el lenguaje” para contrarrestar al público, un odradek algo. No hay lenguaje, el Escritor Afásico es el Escritor Zurdo. ¿Cómo es que hay un lenguaje sin “público, crítica, circulación, posteridad, tesis de doctorado, sociología de la recepción, contratapa, palmadita en el hombro”? ¿Dónde? ¿Dónde el lenguaje? Desear desear el deseo loco de nuevo es una cosa, otra es desearlo; una es decirlo; el deseo loco de nuevo es el suicidio. Mis suicidios se llamaría ese texto, como el famoso texto del suicida surrealista Jacques Rigaut. “La primera vez que me maté lo hice por aturdir a mi querida”. “La segunda vez que me maté lo hice por pereza”. “La tercera vez… Voy a eximirlos del relato de mis otros suicidios”…; aunque Rigaut decía que se suicidaba por tedio, por desinterés, no por curiosidad. El lenguaje es el mercado y es el estado, no basta con hacerle trampas. Hecha la trampa, hecha la ley, o mejor dicho al revés. Uno puede escribir una carta para el lector y no para el lenguaje; una solicitada, un mail masivo, hay un pequeño público, un micromercado. Pero escribir para el “lenguaje” ¡es un informe para una academia!... el lenguaje es una feria de las vanidades de cambio y de uso. No, Tabarovsky no es serio ¡es grave! ¡Es Sabato! El lenguaje es la gran hipóstasis, un espíritu santo, un fantasma, qué sé yo: no hay lenguaje para el que escribir: es el padre, es la carta al padre, la carta a la horda que mató al padre, el gremio de la fraternidad. Un ágape, un brindis. Un discurso peronista. El lenguaje es Perón. ¡El lenguaje es fascista! Es a puertas cerradas, es el Diablo, todo bien lo dijo Barthes, el portero. ¿No será mejor parar de hacerle trampas, sabiendo que la trampa es la ley, y hacerse Caballero de la Fe, Menard, o Superhombre? El que escribe para el lenguaje es el Falso Autista, un autista ilusionado, un autista del lenguaje o Crusoe Seudo. Si el lenguaje es fascista, si es la comunión el comunismo la volkgemeinschaft, la comunidad organizada o el peronismo o el barrio, se trataría de escribir contra el lenguaje; pero sería lo mismo. Una atención excesiva al Mercadoacademia para hacer todo lo contrario, ser el otro del otro. Pero aun así: no es el caso de Tabarovsky… El deseo loco de cambio y de nuevo, una pasión entre la histeria la hybris y la sicosis, quiere obrar una especie de transvaloración de los valores como dicen los traductores de Nietzsche, porque los valores en la literatura son dados por la academia – de uso – y el mercado – de cambio - . Pero como lo nuevo y el cambio son la norma, desea lo imposible. O es una pura histeria denegativa o estamos ante una voluntad de transgresión inútil, un canto a la gran neurosis al pedo. El Superhombre no tiene nada que hacer en el campo de la literatura como dijo Barthes. Queda la picaresca del lenguaje: hacer fulleriítas. Todo muy abstracto todo muy academia muy vanguardia muy museo. El Escritor Solipsista no escribe ni para la comunidad inoperante. Escribe para No-Salir-del-Lugar-del-Boludo. Para No-Levantar-Minas. Para los Analfabetos, para los Ciegos. Para los Muertos. Ese es el Escritor Manco-Nomunado, Manco-de-Izquierda. Y si hace falta que sea también Solipsista-Analfabeto, o Solipsista-Muerto.
O bueno: ¡¡Ni-escribe!! Pero la “comunidad inoperante”, además de querer decir cuánto que leí miren los lujos que me doy con estos sueldos, es una república platónica. T. es Aira + Deleuze, Barthes y la Francia entera. Es fácil decir que Tabarovsky escribe en calidad de universitario becado en París. Al contrario desde este pozo nosotros proponemos escribir el barrio, pero no como los bloggers neoperonistas del Conurbano Bonaerense, el zen-bodeísmo o cualquier tango-punk-chabón, sino como Estancamiento y Desastre. La literatura de izquierda es un producido sin valor o sea un texto no literario, un artículo del diletante o del loco. Un archivo Word eterno, amarillos fardos de ropero, o la tonelada de carpetas anilladas bochadas por todos los editores y los profesores del cosmos. A esto lo estoy escribiendo ayer, a esto lo estoy escribiendo nunca, a esto no lo estoy escribiendo. Ser un escritor zurdo es ser un escritor malo pero para siempre, salvo que aceptemos que lo sea escribir para un virtual mercado venidero, una eventual academia futura. Si Tabarovsky supiera lo que es ser un escritor de izquierda… es tan fácil: tan fácil no gustarle a nadie… [se va]

Con esto damos por finalizada la clase de hoy. Ojo no son Chistes. Esto es Teoría Pura. Teoría en Acto. Esto es Valet, esto es Verdad.




Profesor Quizaforro












-La vulgaridad es un lujo-

Susvín... rompió


Foro fáustico-Kitsch de miseria a la filosofía, viveza epistemológica, patafísica nacional popular, metafísica nazianal pop, crítica en estado clínico, antipsicoanálisis en pantuflas, boludeces con criterio empirista de significado cognoscitivo, dadaísmo tragicómico, popestructuralismo de protesta, poemas platónicos, deconstruccionismo chabón, tango rolinga, paranoia ontoteológica, solipsismo de izquierda, falogocentrismo a martillazos, martillazos al falogocentrismo, esquizoanálisis microfascista, fenomenologías del transmundo, freudomarxismo new age, pragmatismo del reviente, pensamiento poco, yoísmo ayoico al pedo, hedonismo allende el principio del placer, diogenismo del doble discurso, cristianismo con Sade, say no more sin Tractatus, partuza del pensamiento abstracto, vitalismo funebrero, antifilosofía antipoética, surrealismo silogístico, peronismo gorila, menemismo progre, palo a la argentinidad y argentinidad al palo, rocanrol ello, existencialismo menefrego, hegelismo anarcodeseante, cross en la mandíbula a Kant.




Un idiota que reclama que le sea reconocido un saber...