Lindas las frases de Barthes. Como ésta: “Pero a nosotros, que no somos ni caballeros de la fe ni superhombres, sólo nos resta, si puedo así decirlo, hacer trampas con la lengua, hacerle trampas a la lengua”.
En el campo de la literatura, pienso, el Superhombre no tiene nada que hacer; es un campo minado, por el qué dirán, por la imposibilidad de vivir, por la envidia, por el Gran Otro, por la pasión por el éxito y el fracaso, por aparecer en cámara, qué digo, en portada y solapa, por… por cualquier cosa. Los caballeros de la fe, probablemente, murieron con el Quijote, o con Quijano. Cervantes los vedó. Es una trampa, probable. Mas ni siquiera de esas “trampas para rubias” de las que hablaba Fernández. Qué absurdo que alguien haya creído que la literatura sirva para “levantar minas”, o sea un ejemplo glorioso y eficaz de “Cómo conseguir chicas”. El rock-nacional y la radio, puede que sean. No confundir, confusos.