“Escribe sintiéndote siempre un genio”
Kerouac
Los escritores geniales estamos perdidos, estamos fuera de Mercado. Y el Mercado, en su ascetismo, se las sabe todas. Ser genial, no sólo mea fuera de moda – culpa - y está fuera del tarro. Es una trivialidad. Oh Lenin ¿qué hacer? Lamborghini fue el último genio. Lo que se llama el Genio Malo. Hacía escribir al Genio Malo, al Otro-Cartesiano. Llevó esa utopía hasta las últimas consecuencias. Se me dispensará por estas conclusiones, son patéticamente genioides. Tengo genio, no tino. ¿Qué otros des-tinos (ah,… incurable…la vieja genialidad mía) le quedan al genio flagrante? Del Genio-Malo al Genio-Idiota: Aira. Está Aira. Pero sólo Aira puede ser Aira. Tabarovsky y yo ya no. Está Charly, entre Goethe Keith Richard Duchamp Zappa Chopin Prince y Dalí, único Genio del rock… ¿el Genio Kitsch?
¡Oh, Pierre! Oh Menard, qué desgracia esta… demasiado tarde para Genio. Lo siento: buscaba un remate genial… y lo encontré.
Orinal sin firma