Estilo filosófico. En fin… ¿Cómo será ser nischeano? El cómo será ser proviene no de contubernios prusianos, proviene de las pensiones de los barrios porteños; se sabe. Y ¿Quién es nischeano? Por un lado es la pregunta, se dice, de Hippias contra Platón, del sofismo contra el socratismo, o del hombre trágico contra el hombre teórico. No qué es lo bello, quién lo es. Si es que ahí empieza la ciencia porque empezó el concepto, como pensó un libro viejo y famoso de Mondolfo, no es entonces la ciencia, cuyo recorrido conocido comienza con el qué y termina con el hecho, o sea circula entre el hombre teorético y el esclavo; sino la vida, la tragedia. Pero el…hombre… ¿no es medularmente reactivo? ¿No es la mala conciencia, el resentimiento, el nihilismo, lo fundamental en la…humanidad? O entonces ¿cuándo se es nischeano? O ¿qué es nischeano? ¿O vale más ¿Qué hacer con Nietzsche?? ¿No es la estupidez, en este caso, el ama de las preguntas? O sea un corolario del nopodermiento (como llaman los traductores de Gombrowicz), de la impotencia. Y la pregunta salida al lance de lo público ¿no oficia en la impertinencia, pero una impertinencia más idiota que socrática? Platón exigía a sus discípulos que no fueran platonistas dicen. Uno no debería creer en lo que piensa. ¿Se hará esas preguntas el actual lector posmo-metrosex de Zizek? Y Deleuze ¿dónde era nischeano y no? Estilo filosófico. Contra la pedagogía – dice, dice, creo, Deleuze; escribe; en fin, se lee en su texto, en un texto-deleuze -, la pedagogía institucional, contra ella, la complicidad. Entre la pedagogía y la complicidad el estilo de Deleuze delega un texto filosófico que procesa el legado de Nietzsche. ¿Cuáles son las diferencias? ¿Qué hizo con ello? Y, peor: ¿qué se está haciendo con ello, con lo que hizo? Obviedad del obtuso, pregunta del millón: ¿Quién es nischeano?
13-03-2011
Hace 1 semana.