Cuando escribo soy conciente de que no puedo ser legitimado por mi extravagancia en el vestir, por eso si bien digo lo que digo lo que hago es demarcar claramente mi misión casi profética. ¿Quién me hará “autobombo”? Entre el disgusto, desencantamiento, el mundo de las ideas estructuralista soplado en la oreja por Heráclito, basta sacar apenas la mano por la ventana de la sociología tocar algo y mistificarlo aunque más no sea al revés. ¿Un bovarismo a lo Robinson o ingresar a la peonada (campo cultural, del)? El problema es qué hacer con los milagros de Bourdieu. Pedimos por ellos; y cuando se producen en nuestra cara…dejamos de creerlos. Entonces nos preguntamos si Bourdieu era Jesús o Simón el Mago. Del campo intelectual –barbecho- avanzamos hacia el desierto (hegelschen par excellence), contemplando la Esfera de la Legitimidad desde un pozo ciego. El sueño del subrayado perfecto acabó mientras meábamos contra el viento del romanticismo.
23 fecha clausura
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