“Toute l'eau de la mer ne suffirait pas
à laver une tache de sang intellectuelle”
La literatura, como recurso, te puede permitir explorar la estupidez y no quedar atragantado con el falo de una idea. O de cuantas vayan despuntando en el canal de la moda, Fashion T.V. ¿En qué sintetizan didáctica y dandismo? La idea mata. Cuando no miente, mata. ¿Se sigue a los maestros o se siguen sus ideas? Se matan las ideas y se mata a los parásitos que viven en las ideas: cuerpos, facciones de materia afectiva. Con frac o taparrabos. Como con las palabras, uno puede dejarse matar por ellas o matarlas, así es la viña del señor. Las tesis de uno pueden morir por propia inanición o uno puede morir con sus propias tesis. Tenés a Sarmiento a Popper a Einstein a García a la Ameba. La cita acude a uno. Uno puede hacer que las ideas se maten y entre ellas; les quitás el frente y las hacés chocar así, angelicalmente como carneando a un fantasma. Ponés la carnicería textual. Un amigo me dijo que la carrera de filosofía es tan larga porque lo que te otorga es un carnet de jubilado: cuando la terminás te retiraste. Parece que pasa lo contrario a lo que parece que indicó Hegel: que hay que filosofar cuando la vida ya ha pasado. Sin embargo –se verá cómo yo falsaciono a mis maestros- los jóvenes, de momento, quieren ser jóvenes y Dios, incluso en simultáneo. El colmo del quiasmo que es que uno lucha por su libertad creyéndola su esclavitud; punto en que la crítica al yo debería involucrar a la crítica al copyright del nombre propio de modo de que las ideas puedan matarse entre ellas fuera y dentro del ring gramatical. Desaparecer no es estar afuera, ni ocurre completamente. Lo que falta en la intemperie es techo, hogar. Estás en el campo o en la calle; te corrés un poquito del campo de la filosofía pero seguís en el campo del otrO (César Bruto). Te movés entre la ley y la trampa, matás al padre pidiendo un amo. Al secreto de la rebeldía lo tiene Diego Torres: tratar de estar mejor. Se juegan un truco Epicuro y Diógenes. Bostezo y no es literatura, me duermo en la paideia por koan de la pedagogía de goma, bagatelas. Tengo peores cosas que hacer que remontar ficciones ad hominem, fingir filosofías – ¡y de protesta!- suicidadas por la socie… ología. Más malo el chiste más patenciarás lo irrecusable de la teología flagrante. La estupidez, negativamente, sirve a dos reinos: si uno la monta en escena permite ocultar la estupidez originaria y también la inteligencia. De toda suerte no basta ser filósofo para no entender nada… dijo… dijo… En la fachada de la facultad de Antifilosofía debería figurar -más allá de “morder al amigo”- su máxima primordial –cuyo contexto de aparición y recepción siempre será retaceado en la de Filosofía-: cuanto más inteligente, más estúpido.